UNA COSAMuestra

UNA COSA TENGO QUE DECIRTE.

Este día el portador de la frase UNA COSA, es nuestro Señor Jesús. Pero vamos a averiguar a quién le dijo esto y por qué se lo dijo.

En la mayoría de los versículos de este relato aparece algo que debe llamar nuestra atención.

En el v. 36 veremos una invitación bastante extraña. Un fariseo va invitar a Jesús a su casa, es extraña porque al recordar los Evangelios vemos que la relación entre los fariseos y Jesús no era la mejor que digamos,

En el v.37 hay una descripción bastante extraña, fíjate que no sé dice el nombre de la mujer solamente se dice lo que era. Y es que su pecado se había vuelto su identidad. Algunos piensan que era una prostituta.

En el v.38 hay una acción inesperada. La mujer, que ha sido menospreciada toda su vida, llega y hace algo inesperado.

En el v.39 hay un pensamiento oculto: Simón va a dudar de Jesús en su mente diciendo este no es quién dice ser y al mismo tiempo juzga a la mujer.

En el v.40: "Una cosa tengo que decirte", esto le dijo Jesús a Simón. Y es que aunque Simón no lo había dicho en voz alta, Jesús conoce nuestros corazones, debes prestar mucha atención para llegar al corazón de esta cosa que Jesús tiene para decirle.

En los Vrs. 41- 43 hay una historia de una deuda perdonada. Hay prestamista y dos hombres quienes piden prestado. Uno se lleva la deuda de 50 y el otro 500, ambos no pueden pagar, pero ambos son perdonados.

En los vrs 44 -46 la historia cobra vida, entre los que estaban ahí.

En el v. 47 AHORA SÍ, le dice UNA COSA.

Por lo cual te digo: A ella se le ha perdonado mucho por eso AMA MUCHO.

Todo lo que esta mujer está haciendo es una respuesta al amor tan grande de Jesús. Ella sí entendía quién es Jesús y a la misma vez entendió quién era ella.

En los últimos vrs 48 -50 vemos algo asombroso. Pues no sabemos cuántos invitados oficiales y alguno que otro colado estaba en esa mesa (pudieron ser 15 o más), pero algo sí podemos saber que solo UNA persona fue perdonada y salva, y esta era la prostituta.

Reflexionemos.

¿Quién de estos personajes soy en realidad? ¿Seré Simón quien se cree justo y mejor que la prostituta al grado de juzgar hasta al mismo Jesús? ¿Seré la prostituta quién reconoce su condición y llega en humillación a los pies de Jesús? O, ¿seré cómo Jesús quién ama a los pecadores y les muestra amor y misericordia?

Por último, ¿cuánto amo a Dios? Si tenemos la falsa idea que él nos ha perdonado poco entonces así le amaremos. Pero si nos damos cuenta de lo horriblemente pecadores que somos y cuánto Él nos ha perdonado en la cruz entonces le amaremos como esta mujer, con todo lo que tenemos y con todo lo que somos.

Oración: Padre permíteme entregarme por completo a Ti, aunque quizá sea el primero de los pecadores, quiero amarte de la manera que Tú me has amado.