Tu hijo soyMuestra

"¡Mi hijo ha regresado!" son las palabras que expresó el padre amoroso. Cuando tomamos la decisión de volver a los brazos de nuestro Padre, después de haber estado lejos de Él, no es como si Él se hubiera enojado tanto con nosotros que dejó de considerarnos Sus hijos y ahora debemos tratar de ganarnos poco a poco Su amor y favor. Nuestro Padre, que tiene más amor que el padre amoroso de la historia, no ha dejado de amarnos y, por eso, cuando tomamos la decisión de volver a Él, no recibiremos de Su parte indiferencia o rencor; todo lo contrario, nos recibirá con Sus brazos abiertos de par en par, con una sonrisa dibujada en Su rostro y recordándonos, con Su voz tierna, que no ha dejado de amarnos, que sigue siendo nuestro Padre y, afirmando Su verdad en nosotros con las palabras: ¡Hijo mío! Si lo pensamos bien, no hay nada que nosotros hayamos hecho para ser hijos de nuestros padres terrenales. El apellido de ellos, que recibimos al nacer y que nos identificará durante toda nuestra vida, no nos fue otorgado por algo que nosotros, como recién nacidos, hubiésemos hecho por nuestros padres. De igual forma, nuestra identidad como hijos de Dios no está ligada a algo que nosotros podamos hacer o dejar de hacer, nosotros hoy podemos considerarnos hijos de Dios por el gran amor que Él nos tiene y que expresó a través de Jesús. Por eso, hoy creemos lo que dice la Biblia en 2 Corintios 6:18 "Y yo seré su Padre, y ustedes serán mis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso".

Oración

Dios, te doy gracias porque con palabras llenas de amor me recuerdas que soy Tu hijo. Gracias porque no has dejado de amarme y nunca lo harás. Enséñame a creer en Ti y a nunca dudar de lo que dices de mí. Hoy, acepto Tu paternidad y con fe declaro que soy Tu hijo. Amén.