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¿Sabes de dónde viene tu enojo?
Es fácil darse cuenta de dónde viene el enojo cuando es desencadenado por una situación inmediata y obvia. Por ejemplo, si alguien te choca en el pasillo del supermercado (o se salta la fila) y no te pide disculpas. Eso te enoja.
Sin embargo, a veces es más difícil entender por qué estamos enojados…especialmente si no estamos enterados de que lo estamos. El enojo, entonces, está subyacente en nuestras almas, como si estuviera dormido. Como un volcán, podría despertar en cualquier momento, desatando el caos, ¡sin que sepas dónde se originó!
Tal vez esto ya te ha pasado…te enojas sin saber por qué. ¿De dónde podría estar viniendo este enojo latente?
Una ofensa jamás perdonada.
Un comportamiento “aprendido” en un ambiente familiar contencioso.
Un rompimiento indeseado.
Una muerte no resuelta o un tiempo de duelo.
Y muchas otras razones más son posibles. Solo Dios puede aclarar lo que está produciendo ese enojo dentro de ti.
Si te preocupa este problema, si te enojas sin saber por qué, es importante que le pidas al Señor que te revele el origen para poder ser libre de ello.
Te invito a meditar en este verso de la Biblia que dice: “Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal” (Salmo 37:8).
¡Gracias por existir!
Escrituras
Acerca de este Plan
El enojo es una emoción humana que Dios no condena. El Señor entiende que puede suceder. ¡Eres un ser humano, no un superhéroe! Entonces, el enojo en sí mismo no es un pecado. Sin embargo, la Biblia nos anima a no aferrarnos a ello… ¿Sabías que puedes ser libre del enojo?
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Nos gustaría agradecer a es.jesus.net por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://es.jesus.net/un-milagro-cada-dia/?utm_campaign=amed&utm_source=Youversion&utm_medium=referral&utm_content=Libre-Del-Enojo
