Campeones InfantilesMuestra

El pequeño amigo de Jesús

Los discípulos de Jesús en ocasiones estaban demasiado llenos de sí mismos. Jesús era un imán para los niños, les encantaba su tono y su presencia, pero los discípulos vieron a los niños como una molestia y trataban de ahuyentarlos. Pensaban que hablar de la fe era un asunto de adultos.

Jesús vio a los niños como sus campeones: "Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: «De cierto les digo, que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humilla como este niño es el mayor en el reino de los cielos " (Mateo 18:2-4).

Jesús alabó la fe infantil por dos poderosas razones: 1) Su sencillez. Los niños aún no han aprendido todas las razones científicas por las que la fe cristiana es increíble. No se detienen y discuten. Simplemente lo aceptan. 2) Su humildad. Los niños están acostumbrados a ser marginados e ignorados por los adultos, por lo que no piensan demasiado bien de sí mismos. El tono de Jesús fue cortante con sus discípulos. Los niños no solo podían tener fe salvadora, sino que su fe debía ser un modelo para los adultos. De hecho, un concepto escandaloso, ¡sin la fe de un niño es imposible entrar en el reino! Los niños no solo aportan valor a Dios a través de su servicio; su postura humilde es ser un modelo para las personas grandes.

¿Tiene Jesús algún niño campeón en tu vida que pueda inspirar y guiar tu forma de pensar?