La Profundidad Del CieloMuestra

Yo soy parte del plan de Dios

Pudimos leer en los días anteriores lo importante que es profundizar en la presencia de Dios y lo increíble que es estar en lo profundo de nuestro Padre. No tan solo por lo que podamos palpar sino en como nuestras emociones, sentimientos cambian de manera tangible cuando es Dios mismo quien toma el control. Comienzo a ver todo como Dios quiere que lo vea y mi voluntad ya no es primordial sino la de Dios.

Cuando permito ser parte de esa profundidad del cielo junto a Dios es realmente arrancar, despegar y/o quitar de mi todo lo que me aparte de Él. Entonces, puedo disfrutar de una invitación sin apuros, pero constante del Dios Eterno hacia mi persona, mi corazón y mi espíritu. Una que no puedo rechazar por el amor y peso de Gracia que está siendo derramada sobre mí. Es donde no importa los ataques que el enemigo pueda tener sincronizados para mí y mi familia sino que ya Dios es quien me muestra que no debe estar en mí el temor, el miedo y la desesperanza.
Es donde me decido a creer que mi morir es ganancia siempre y cuando lo haga en Cristo. Y cuando estoy convencido de lo que creo no hay quien detenga lo que Dios tiene en planes con mi vida. El decir querer tener experiencias sobrenaturales con el Espíritu Santo no debe solo quedar en un deseo o palabras. Debemos trabajar para que eso suceda. Ese es Su plan, buscar que deseemos estar en Su presencia y conocerlo más. El Espíritu Santo te ayuda a quitar de lo más profundo de tu ser lo que pueda paralizarte y lo que quizás piensas que es correcto, pero no ante los ojos de Dios. Su plan se cumplirá en nosotros aún cuando queremos huir de Él. Escuchar Su voz y sentir Su abrazo es la manera en la que Dios pone todo el cielo disponible para nosotros.

Quizás pensaste que este devocional pretendía hablarte sobre testimonios del cielo o algo parecido. Y créelo yo pensé igual desde el momento que este tema me fue dado de parte de Dios. Y lo que quiero hacer llegar a tu mente y tu corazón es que el cielo ya está aquí. Solo los que buscamos en Espíritu y en verdad podemos verlo, sentirlo, valorarlo y no soltarlo jamás. Por eso es tan importante nuestra adoración, nuestras alabanzas al Padre, la oración, el ayuno, leer la Biblia y mantenernos fieles a estar en Su presencia y no negociarla por nada del mundo. Hacemos que el Reino venga hacia nuestras vidas y cambie todo lo que nos rodea. Sin importar las circunstancias comenzamos a experimentar la paz que solo Dios puede dar. Demostrar que sí lo necesitamos en nuestra vida y aceptar la corrección que nos pueda dar para que maduremos y cambiemos a bien. Ahí es como nosotros llegamos a la profundidad del cielo. Es la herramienta que nos ha sido entregada para estar cerca del trono de la Gracia a la cual siempre estaremos como invitados de honor cada vez que dejamos que Dios sea el Dueño y Señor de nuestro caminar.

El mundo oscuro nos quiere hacer creer que vivimos el infierno aquí en la tierra. Y que tienen el control completo y lleno de nuestras vidas. Un buen pensante sabe que no es verdad. ¿Por qué? Tú podrías ver el ajetreo y el aceleramiento y lo posesivo que tienen por querer ser escuchados y vistos como buenos haciendo cosas que no agradan para nada al Padre. No obstante, la iglesia no se detiene en prepararse para ese gran momento. No dejamos que nos arrebaten lo que ya Dios nos entregó.

La profundidad del cielo debe ser esa llave definitiva para mi alma y mi espíritu querer habitar cerca de quien me creó. El plan de Dios no se puede detener y no hay nada sobre la tierra que pueda cambiar lo que ya salió de la boca del Dios Verdadero. Del mismo que da el aliento de vida. La horas de oración, mi tiempo cerca de Dios y de mi obediencia hacia Él, va a ser esa evidencia en mi rostro.

Recuerda la historia de Moisés que su rostro brillaba por el tiempo prolongado que llevaba con Dios. Los discípulos de Jesús que la gente los identificaban por su ropa, su forma de hablar. Daniel era recordado como el hombre de la oración, Abraham como el padre de la fe. ¿Y tú?

Eres parte del plan de Dios aunque todo se vea totalmente contrario y aunque ya no tengas más lágrimas para derramar. Dios cumplirá Su propósito en ti aunque muchos piensen que es imposible. Dios te entregará grandes cosas aunque muchos piensen que no lo merezcas. Solo entra y escóndete en la PROFUNDIDAD DEL CIELO. Tu PROFUNDIDAD JUNTO a DIOS.