Viviendo la cultura del ReinoMuestra

PERSEVERAR CON LA VISIÓN CORRECTA

a. Tener un vislumbre del destino

Es decir, una comprensión clara de la visión que Dios tiene para nuestras vidas y para el Reino en general.

Esto implica buscar la dirección divina a través de la oración y el estudio de la Palabra, permitiendo que el Espíritu Santo nos revele los propósitos y planes de Dios.

Al tener una visión clara del destino, nos capacitamos para avanzar con determinación y perseverancia.

RETO: Pídele a Dios que te revele un pequeño vislumbre sobre tu futuro en Cristo. Recuerda que uno tiene planes por realizar, pero Él tiene los verdaderos planes para nuestras vidas.

b. Trabajar en pos de las visiones que Dios nos permite tener

Implica tomar acción y ser diligentes en la realización de los planes divinos.

Podemos identificar los pasos prácticos y las tareas necesarias para avanzar hacia la visión, confiando en que Dios nos guiará y equipará en el proceso.

RETO: Es hora de ponerse ¡manos a la obra! Teniendo la revelación de dónde es que Dios nos quiere, ahora debemos empezar a hacer prácticas de aquellas acciones con el fin de acercarnos más hacia aquella obra terminada.

c. Determinar una visión propia para nuestra vida

Es importante reflexionar sobre nuestras pasiones, dones y talentos, y buscar el discernimiento divino para determinar una visión específica para nuestras vidas.

Esta visión debe ser inspiradora y alineada con los principios del Reino, y debe incluir metas y pasos prácticos que nos ayuden a avanzar en la dirección deseada.

RETO: Una vez conozcas tus pasiones, dones y talentos, pide al Espíritu Santo la guía para ir pintando cada trazo de aquella obra maestra que Dios quiere trazar en tu vida.

RESUMEN: Al mantenernos enfocados en la visión divina, tomar acción y perseverar a pesar de las dificultades, estaremos construyendo una cultura arraigada en los propósitos y planes de Dios, y seremos testigos del impacto transformador del Reino en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.