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Sígueme

DÍA 1 DE 10

En ocasiones, parece que estamos inmersos en un juego en el que Jesús establece las reglas. Es como el clásico juego de "Simón dice", pero esta vez, es Jesús quién dice. "Jesús dice ora, Jesús dice lee tu Biblia, Jesús dice no tomes, no fumes". Estas podrían ser algunas de las instrucciones que creemos que Jesús nos impone para poder seguirlo.

Sin embargo, el problema radica en que nos hemos alejado del verdadero significado de seguir a Jesús. Nos hemos dejado llevar por un sistema religioso que nos exige cumplir una serie de normas y prohibiciones, pero nos sentimos incapaces de alcanzarlas. Sentimos que no somos lo suficientemente disciplinados, buenos o capaces para pertenecer a ese grupo selecto.

Esta concepción errónea nos lleva a pensar que, si no cumplimos con todas estas expectativas, estamos fuera del juego. Y, en cierto sentido, la vida puede parecer más fácil y placentera al estar fuera de ese juego. Además, cuando estamos dentro, nos volvemos críticos con los demás, deseando que también experimenten la misma “miseria” que nosotros. Nos aferramos a un punto de referencia para justificar nuestro disfrute de las cosas, diciendo: "Como yo sí pago el precio, yo sí merezco aquello".

Pero aquí está el punto clave: Jesús nos invita a seguirlo tal como somos, sin importar nuestra condición, pasado o pecados. No nos exige dejar atrás todo antes de acercarnos a Él. Jesús le dijo a Mateo, un cobrador de impuestos, simplemente: "Sígueme". Sin condiciones, sin requerimientos previos. Esta es la invitación que Jesús nos hace a todos a través de los Evangelios: "Sígueme".

Al leer detenidamente los Evangelios, nos damos cuenta de que Jesús vino a simplificar los conceptos y habló en términos sencillos. Habló de relaciones: padre e hijo, viña y rama, pastor y oveja. Estos son ejemplos de relaciones profundas y cercanas. Jesús desea tener una relación íntima con cada uno de nosotros, como un padre amoroso que se preocupa por sus hijos, como una viña que se fusiona con la rama, como un pastor que invierte tiempo con sus ovejas.

La palabra que Jesús repite una y otra vez en los Evangelios no es nada espiritual ni santificada, es simplemente: "Sígueme". Una palabra que no distingue raza, religión, creencia, condición social ni económica. Es una palabra que se aplica a cualquier persona.

Mateo, el cobrador de impuestos, fue llamado por Jesús a seguirlo, a caminar junto a Él. Aunque ser un cobrador de impuestos era considerado despreciable, Jesús le hizo esta invitación. Imagino que hubo una sorpresa.

Así que hoy Jesús nos ofrece que lo sigamos, no es un mandato, es una oferta, y como toda oferta está en nosotros si decidimos tomarla o no.

Reflexiona sobre estas preguntas:

  • ¿Cómo te sientes al saber que Jesús te invita a seguirlo tal como eres, sin importar tus errores o pecados?
  • ¿En qué áreas de tu vida puedes experimentar la libertad de seguir a Jesús sin sentir la presión de dejar todo en orden primero?

Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Sígueme

Descubre el significado de seguir a Jesús, experimentando Su misericordia y transformación. Exploramos confianza, sabiduría, provisión divina y amor incondicional. Abandonar el egoísmo y entregar nuestra vida por Jesús y el Evangelio nos desafía a vivir centrados en Él.

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Nos gustaría agradecer a Tu Iglesia por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.tuiglesia.org/