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Jesús nos muestra Su verdadero propósito y revela Su corazón compasivo. Él no vino a este mundo en busca de aquellos que se consideran justos y perfectos según las normas religiosas establecidas. Por el contrario, Su llamado se dirige a aquellos que reconocen su propia condición de pecadores, a aquellos que reconocen su necesidad de redención y misericordia.

En nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos atrapados en una mentalidad de cumplimiento de reglas y obligaciones religiosas. Nos esforzamos por seguir cada norma y regulación, pensando que de esta manera agradamos a Dios y nos ganamos su favor. Sin embargo, Jesús nos recuerda que Su deseo va mucho más allá de la observancia legalista.

Él busca una relación de misericordia con nosotros, una relación que trasciende las barreras externas y penetra en lo más profundo de nuestro ser. Jesús nos invita a comprender que no se trata de cuánto sacrificio hacemos, sino de la actitud de nuestro corazón. Él valora la misericordia por encima de los rituales vacíos, y busca una conexión íntima con nosotros basada en el amor y la compasión.

Al reflexionar sobre estas palabras, te animo a liberarte de la carga de las expectativas religiosas y a abrazar la misericordia de Jesús. Reconoce tu necesidad de Su gracia y perdón, y acércate a Él con humildad y sinceridad. No busques la perfección externa, sino una transformación interna que solo puede ocurrir a través de una relación íntima con nuestro Salvador.

En conclusión, recordemos siempre que Jesús no busca a los autoproclamados justos, sino a los pecadores que reconocen su necesidad de misericordia. Él nos invita a apartarnos de las reglas y normas religiosas y a abrazar una relación profunda y significativa con él, basada en la misericordia y el amor. Que nuestro corazón se abra a la gracia de Jesús y que podamos caminar en Su luz, extendiendo la misma misericordia a aquellos que nos rodean.

Reflexiona sobre estas preguntas:

• ¿Cómo puedes mostrar misericordia hacia los demás en lugar de juzgarlos por sus faltas o pecados?
• ¿De qué manera puedes cultivar una relación más íntima y basada en la misericordia con Jesús en tu vida diaria?