Agua en VinoMuestra

Hay Esperanza

El episodio de María que vimos antier y el episodio de los hermanos de Jesús en Juan 7 son extremadamente similares. De hecho, son tan similares que parecen revelar un patrón. Lo que tiene que ver con nuestra familia nunca es sencillo. Algunos tenemos la dicha de que nuestra familia haya hecho un compromiso con Jesús, pero muchísimos no. Esto es un asunto doloroso, y me maravilla que es algo de lo que Jesús mismo no estuvo exento. Es algo que comprende perfectamente. El conoció el dolor que puede darse en el seno del hogar, en el ámbito de la familia, cuando no hay una fe en común. Ponte a pensar por un momento como la única que tenía fe en Jesús en el momento que se acabó el vino era María, ella creía que Jesús era el Mesías pero sus discípulos aún no habían puesto su fe en Él.

Seguramente recuerdas lo que es la vida antes de conocer a Jesús. Yo lo recuerdo perfectamente y me pone los pelos de punta. El vacío, la soledad, la frecuente desesperanza, la depresión, el sentido de futilidad, y el temor difuso que siempre está presente. Todo esto hace que la vida sin Jesús sea extremadamente sombría. Sin embargo, gracias a Dios, los hermanos de Jesús llegaron a poner su fe en Él y a entregarle sus vidas, como te mencioné ayer, y esto nos da una gran esperanza.

No pierdas la esperanza por tus familiares que no conocen a Jesús. No dejes de orar por ellos. Hazlo ahora mismo. Y no te rindas en darles el mejor testimonio y hablarles de tu fe. Pero, no critiques, ni mucho menos ataques, sus creencias religiosas. Eso no produce ningún buen fruto y puede provenir del “lado oscuro” de tu corazón donde sólo queremos demostrar que poseemos la verdad. Sólo háblales de Jesús, el mismo Jesús del que probablemente han escuchado toda la vida —y ese es, a veces, el problema, ¿no es cierto? Que han vivido “junto a Jesús” toda su vida, como los hermanos de Jesús, pero sin conocer realmente quién es.

Pero, como los hermanos de Jesús, tus familiares, aunque ahorita no lo veas, pueden dar un giro dramático y conocer a Jesús. Insisto, no pierdas la fe, ora por ellos, dales un buen testimonio y háblales de Jesús.