Día 1 - Jesús

¿Qué es un cristiano?

La esencia de ser cristiano es conocer a Jesucristo como tu Salvador y amigo.

… la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús

(Romanos 3:22-24)

¿Cómo me convierto en cristiano?

A – Admitir:

El primer paso es admitir que eres un pecador y necesitas un Salvador.

B – Creer:

Después, cree que Jesucristo es ese Salvador. Pon tu fe y confianza en Él.

C – Considerar:

Considera cuidadosamente cualquier cosa en tu vida que pueda desagradar a Jesús. Ahora es el momento de alejarte de esas cosas y caminar totalmente con Él.

D – Hacer:

Comprométete a una relación personal con Jesús. Di en voz alta esta oración para invitar a Jesús a ser parte de tu vida diaria y comienza a compartir con todos: “Soy un seguidor de Jesús”.

La oración para entregar tu vida a Cristo se conoce como “Oración de Salvación”. Mantén cerca estas palabras como un recordatorio de lo que Él ha hecho por ti.

Oración: Jesús, te invito a entrar en mi vida. Sé que soy un pecador que necesita un Salvador. Hay cosas en mi vida que no se alinean con tu propósito o voluntad, así que Te pido ayuda. Hoy pongo toda mi fe en ti. Gracias por morir en la cruz por mí y resucitar de entre los muertos. Prometo seguir caminando contigo siguiendo Tu ejemplo y Tus pasos. En tu Nombre, Amén.

*Fundamentos Cristianos, John Stott © 1992 Baker Publishing Group

Aprovecha al máximo los Primeros Siete Días.

Estamos emocionados de acompañarte en el inicio de tu nuevo andar con Jesús. Queremos que tengas éxito, así que creamos esta serie de siete días para ayudarte a comenzar con los fundamentos. A continuación, te presentamos algunos pasos para aprovechar al máximo estos próximos días.

VERSÍCULO: Cada día comienza con un versículo bíblico que te dará un enfoque para tu día.

LEE: Hay una breve descripción y estímulo sobre cada tema.

CONSTRUYE: Después de tu devocional, hay algunas referencias bíblicas adicionales; búscalas en tu Biblia y acostúmbrate a usarlas con frecuencia.

ORA: Incluimos una oración para que comiences, o bien, puedes usar tus propias palabras.

REFLEXIONA: Piensa en el devocional y los pasajes bíblicos de cada día. ¿Qué significa? ¿Cómo te hace sentir? ¿Qué te está diciendo Dios?

HAZ UN PLAN: Reserva 15 minutos diarios para enfocarte en este devocional y toma un tiempo para orar. ¿Será antes del desayuno o del almuerzo? ¿Justo antes de acostarte? Encuentra el mejor momento para ti.

Juan 3:16 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

Jesús es completamente Dios y Jesús es completamente hombre. ¿Qué, qué?

Una lección rápida de historia. Los primeros seres humanos, Adán y Eva, tenían una relación perfecta con Dios; se comunicaban y caminaban junto con Dios en el Jardín del Edén – ¡era algo increíble! Pero se dejaron engañar por Satanás y, así, el pecado entró en el mundo. Ese pecado creó un vacío en nuestra relación con Dios, una división que nunca podríamos restaurar por nuestros medios. Dios sabía que esto sucedería y tenía un plan: Jesús.

Como parte de nuestro Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, Jesús se revistió de carne y hueso, y se convirtió en un bebé humano. Esta es precisamente la historia de la Navidad: una virgen llamada María concibió milagrosamente y dio a luz al Salvador. Como Él es completamente Dios, Jesús vivió en la Tierra sin pecado alguno; y al ser completamente hombre, vivió con todo el dolor, la tentación y los problemas que experimentamos. Mientras estuvo en la Tierra, realizó todo tipo de milagros para que la gente supiera que había venido para ser el Salvador (para salvarlos de sus pecados).

Cuando llegó el momento adecuado, Jesús se convirtió en el sacrificio por nuestro pecado. Esta es la historia de la Pascua: Jesús murió en una cruz, fue sepultado en una tumba por tres días y luego volvió a la vida. Su resurrección derrotó para siempre a la muerte y abrió una puerta para que nosotros continuáramos nuestra relación con Dios. Ahora, Jesús está de regreso en el Cielo y ora por nosotros continuamente. ¡Qué grandioso es este amor!

Construye: 1 Timoteo 2:5-6, Isaías 53:5

Oremos – Jesús, gracias por Tu sacrificio y por venir a darme salvación. Me siento tan feliz de tener una relación contigo. Quédate conmigo, háblame y ayúdame a caminar contigo. Amén.