PentecostésMuestra

“De la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno" (Hebreos 6:2 RV1960).

La palabra “bautismos” en el libro de Hebreos está escrita en plural, no en singular, por lo tanto podemos entender que hay más de un bautismo. Si estudiamos la Biblia vamos a encontrar tres bautismos por los que debe pasar toda persona.

El primer bautismo por el que debe pasar toda persona es el bautismo en Cristo.

Este bautismo ocurre en el momento que creemos y recibimos a Jesús como nuestro salvador y también se conoce como el bautismo de arrepentimiento.

El Apóstol Pablo enseña que el Espíritu Santo es quien nos bautiza en el Cuerpo de Cristo.

La palabra bautismo usada en este pasaje es la palabra griega “Baptidzo” que significa inmersión o sumersión. El Espíritu Santo nos sumergió o injertó en el cuerpo de Cristo de tal manera que ahora todos somos parte de la familia de Dios.

Si tú eres un creyente, has sido bautizado por el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo y formas parte de la familia de Dios.

El segundo bautismo que encontramos en la Biblia es el bautismo en agua.

Este bautismo ocurre luego de nuestra salvación y bautismo en Cristo. Por lo tanto, no nos bautizamos en agua para ser salvos, nos bautizamos porque somos salvos. El bautismo en agua es un acto de obediencia, es una declaración pública de nuestra fe y confianza en Jesús.

El bautismo en agua representa que el viejo hombre que había en nosotros es sepultado a la hora que nos sumergimos en el agua y nos convertimos en un nuevo hombre en el momento que emergemos del agua.

El libro de Mateo nos enseña que Jesús les dio a los discípulos la tarea de bautizar en agua a otros creyentes en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Si aún no te has bautizado en agua, te animo a que des este paso de fe y obediencia.

Tómate un tiempo hoy para orar y darle gracias al Espíritu Santo por lo que ha hecho en ti, en tu corazón y por todo lo que hará en el futuro.