PentecostésMuestra
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7 RV1960).
El Espíritu Santo es un Espíritu de Poder. La palabra “poder” utilizada por Pablo es la palabra griega “Dunamis” de donde proviene la palabra dinamita y significa virtud, fuerza y habilidad.
El Espíritu Santo no solo nos da valor para enfrentar la prueba sino también poder para superarla.
El valor nos ayuda a enfrentar al gigante, el poder nos ayuda a derribar al gigante.
Jesús nos prometió que con el Espíritu Santo recibiríamos poder para ser sus testigos y compartir nuestro testimonio; y nos empodera para cumplir con nuestra misión.
El Espíritu Santo es un espíritu de amor. El Espíritu Santo nos da poder y nos da amor, porque sin amor podríamos hacer mal uso del poder. La dinamita es usada por un ingeniero para construir un túnel o usada por un terrorista para destruir un edificio.
Nadie puede dar lo que no tiene. Solo si tenemos el amor de Dios, vamos a poder amar a otros y no como el mundo, las películas o las novelas, sino como la Biblia nos enseña.
El Espíritu Santo nos ayuda a amar:
A Dios sobre todas las cosas.
Al cónyuge a pesar de su mal genio.
Y corregir a los hijos con sabiduría.
Y perdonar al prójimo.
Y orar por nuestros enemigos.
El Espíritu Santo nos ayuda a tener dominio propio o autocontrol. Dominio propio o autocontrol es la habilidad de dominar nuestros deseos, sentimientos y pensamientos. Aunque es la última de las habilidades de las que nos habla Pablo, no es menos importante que las anteriores.
El dominio propio nos ayuda a controlar los impulsos por una circunstancia presente cuyas consecuencias podemos lamentar en el futuro.
Los momentos difíciles, no nos dan licencia para explotar contra las personas a nuestro alrededor. Todos tenemos emociones, pero no podemos permitir que las emociones nos tengan a nosotros.
El Espíritu Santo que habita en ti es:
· Más poderoso que cualquier sentimiento de ira, rabia o enojo.
· Más firme que cualquier deseo de comer demás, tomar en exceso o ver pornografía.
· Más fuerte que cualquier pensamiento de inferioridad, culpabilidad o negatividad.
Ora y pídele al Espíritu Santo que hoy te ayude a caminar en el poder, amor y dominio propio que Él ha puesto en ti.
Acerca de este Plan
Pentecostés fue el día en que el Espíritu Santo vino a la tierra. Desde ese día el Espíritu Santo ha acompañado a cada nuevo creyente desde el momento de su conversión. Mi oración por ti es que al conocer más del Espíritu Santo y su experiencia con el Señor Jesús puedas también experimentar el bautismo, el toque y la llenura del Espíritu Santo en tu vida.
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Nos gustaría agradecer a Comunidad Cristiana Agua Viva por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.ccaguaviva.org/