Princesas GuerrerasMuestra
Arma 2: Aceptación
Según la Real Academia Española, aceptar es «recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga».
Aceptando las cosas que no podemos cambiar es como podemos subir un escalón en la escalera de la fe, para poder entrar sin resistencia a la voluntad buena, agradable y perfecta del Señor para nuestras vidas.
Pero, para ser sincera, no es tan fácil aceptar la voluntad de Dios cuando parece que es contraria a nuestros anhelos. No me pongo a celebrar y dar un baile de alegría cuando sucede lo que no deseo y mis planes se ven frustrados. ¡No! Yo reconozco que cuando las cosas no salen de la manera en que las he planificado, dependiendo de la gravedad del asunto, según mi opinión, me puedo frustrar, llorar y preocupar.
Tenemos que aceptar lo que no podemos cambiar o controlar y reconocer que tenemos límites, que somos seres finitos; pero que Dios no tiene límites y es infinito. Aceptemos que Él es quien tiene todo el control y la autoridad, que nosotras solo debemos someternos. Sí, lo sé, someternos tampoco es tarea fácil.
Aceptar que no puedo
Hay un versículo muy usado para motivar y es el que se encuentra en Filipenses 4:13, que dice: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». Pero la verdad es que, la mayoría de las veces, es usado para brindar una falsa esperanza o para alimentar nuestros propios deseos. Y como sabemos, hay que aprender a aceptar la voluntad de Dios. Por tanto, creo que este versículo se refiere más bien a que puedo hacer todo para lo cual fui creada, no todo lo que me dé la gana.
Evidentemente, Dios nos ha creado a cada una con dones y talentos, con personalidades y rasgos únicos que nos servirán como herramientas para cumplir todo lo que Él quiere hacer con nosotras aquí en la Tierra. No olvidemos que nuestro propósito es aceptar y compartir el mensaje de salvación, pero esto tenemos que hacerlo desde nuestra vida diaria, desde nuestras relaciones, desde nuestros lugares de estudio y trabajo, desde nuestro vecindario. Desde los pequeños o grandes escenarios donde Dios nos ubique cada día.
Viví los primeros años de la vida de mis hijos, sumergida solo en su crianza, y un día, de repente, vino el pensamiento de que no estaba haciendo nada estando con ellos todo el día «sin cumplir mi propósito». Pero, gracias a Dios, pronto entendí que lo estaba haciendo todo, en Cristo que me fortalece. Que estar allí con ellos, en casa, era lo que Dios me exigía y desde ahí estaba cumpliendo el propósito de mi vida en ese momento.
Quizás te suceda lo mismo en otras áreas de tu vida, pero tienes que tomar conciencia de que «todo lo puedes en Cristo» es una frase que te debe fortalecer y guiar a entender para qué fuiste creada.
Reflexiona en esto durante el día de hoy. ¡Bendiciones!
Acerca de este Plan
Este plan te permitirá a conocer tres armas que te ayudarán a enfrentar con sabiduría las batallas o problemas de la vida. 1- Silencio. 2- Aceptación. 3- Estrategia. Equípate para vencer en el nombre de Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Amneris Meléndez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.amnerismelendez.com/