La paternidad a la manera de DiosMuestra

Liderar con el ejemplo

Usted es el ejemplo más importante de un carácter piadoso para sus hijos. En la medida en la que usted tenga una vida cada vez más cristocéntrica, mayor será el impacto que usted tendrá en el camino espiritual de sus hijos. Por eso es muy importante que haga de su propio crecimiento espiritual una prioridad en sus esfuerzos por ser un padre exitoso. Cuando sus hijos vean que usted busca y sigue las instrucciones de Dios en su propia vida, lo más normal será que quieran hacer lo mismo. Y a medida que usted continúe fortaleciendo los rasgos de un carácter piadoso por medio de oración y perseverancia, sus hijos aprenderán y desarrollarán esas mismas cualidades.

La Palabra de Dios enseña esta verdad fundamental sobre la crianza de los hijos. A lo largo de los libros de Reyes y Crónicas, por ejemplo, leemos muchas veces en las descripciones de los reyes de Israel que "anduvo en los caminos de... su padre" (2 Crónicas 17.3) —a veces para bien, a veces para mal, dependiendo de cuál había sido el ejemplo. El carácter y la conducta de un padre moldearán y darán forma a gran parte del carácter y la conducta de sus hijos. Si usted vive de acuerdo con los principios bíblicos y deja que el Espíritu Santo siempre obre en usted para acrecentar el carácter cristiano en todas sus maneras de actuar, sus hijos se beneficiarán en sobremanera. Aunque sean muy diferentes a usted en muchos aspectos, desarrollarán el fundamento de un carácter piadoso tan solo por observarlo en usted. El Espíritu Santo también actuará para imprimir su ejemplo de vida piadosa en los corazones de sus hijos. Tal impresión puede a veces parecer menguar en su efecto, pero nunca desaparecerá por completo.

¿Necesita una verdad más para meditar? No se desanime, la Palabra de Dios no dice que se requiera perfección en la vida cristiana. De hecho, nos proporciona los medios para manejar los fracasos en nuestro caminar con Cristo. Junto con la confesión, el arrepentimiento y la sangre de Cristo para expiar nuestros pecados, las Sagradas Escrituras nos dicen cómo enmendar las malas acciones en muchas situaciones específicas (Mateo 5.23,24; Lucas 22.32; Efesios 4.26). Por lo tanto, permita que sus hijos le vean haciendo uso de estos principios cuando usted se equivoque; es tan necesario como el ejemplo que usted da cuando su conducta es más parecida a la de Cristo.