Espíritu SantoMuestra

Paciencia.

El cuarto don del Fruto del Espíritu Santo que nos dice la Palabra en Gálatas 5:22-23 es la paciencia. La paciencia es difícil de cultivar en las personas porque requiere el deseo de mejorar y pasar por diversas pruebas para ser formados en ella.

El salmista David es un ejemplo claro de que las personas deben pasar procesos de madurez para ser pacientes, en el Libro de los Salmos 40:1-3: "Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová".

Sabemos la historia del rey David quien en su juventud fue pastor, esto le enseñó el amor y paciencia que debe tenerse con los seres indefensos y a veces obstinados, también enfrentó grandes batallas como la del gigante Goliat, pero su mayor batalla fue contra sí mismo porque todos deseamos que cuando se nos da una promesa, se nos cumpla a la mayor brevedad. Él tuvo que esperar muchos años para ser rey sobre Israel, fue perseguido por su suegro y puesto al borde de la muerte en muchas oportunidades.

Ser pacientes requiere estar firmes en nuestra fe y aferrarnos a las promesas de Dios, también que sigamos adelante cada día sin importar las adversidades que se levanten porque estamos aferrados al Señor quien guía nuestros pasos. No hay error o equivocación en los planes de Dios; Él sabe lo que anhela nuestro corazón y también cuando estamos preparados para recibir sus bendiciones. Recordemos siempre que nuestro socorro viene de Jehová quien hizo los cielos y la tierra, no dará nuestro pie al resbaladero ni se dormirá el que nos guarda.

Oremos:

Padre Bueno, te damos gracias porque nos vas formando el carácter para poder recibir de tí las maravillosas bendiciones que tienes preparadas para tus hijos e hijas. En el nombre de Jesús te pedimos que nos ayudes a ser pacientes, a no quitar la mirada de la Cruz porque en ella fuimos hechos hijos tuyos, ayúdanos Padre para no caer en la desesperación frente a las pruebas que debemos enfrentar y siempre elevar nuestra mirada a tu Santo lugar para recibir el consuelo, amor y consejo que necesitamos. Amén.