La iglesia me lastimóMuestra

Día 2

¿Cómo es posible?

Hace algunos años, como herramienta para un sermón sobre amistad, hice una encuesta en Instagram. La pregunta era ¿Qué es un buen amigo? Hubo respuestas muy divertidas, alguien dijo “alguien con quien comes pollo asado.” Definitivamente. Pero había dos respuestas que se repetían una y otra vez, estas eran: Alguien leal, que no te traiciona. Y la segunda, alguien que siempre está para mí, incluso si me equivoco. Por un lado esperas que la otra persona no falle, mientras aseguras que tú lo harás. ¿Cómo es posible? No es posible. Invariablemente, esta fórmula saldrá mal en algún momento.

Jesús alguna vez dijo… imposible es que no vengan tropiezos; más !ay de aquel por quien vienen! Lucas 17:1

Léelo de nuevo, la persona que calma tormentas y sana enfermedades con su voz, acaba de decir que hay algo imposible. Y es, que las personas no fallen. Un paso hacia la sanidad es entender que el ser humano falla, incluso aquellos que pertenecen a la iglesia. Con esto no intentamos minimizar los errores. De hecho, Jesús enseguida advierte a aquel que cause daño a otro hermano.

Nuestra oración para el día de hoy es: ver a las personas como Jesús nos ve, nos ayudará a relacionarnos mejor entre nosotros. Con las áreas atractivas y aún aquellas partes oscuras de nosotros.

Otro paso hacia la sanidad es tener claro que en algún momento todos podemos fallar, incluso la iglesia.