168, ¡ni más ni menos!Muestra

Ser responsable es mejor que agitarse

Dependiendo de tu tipo de personalidad, cuando se trata de la administración del tiempo, puedes sentirte abrumado por la cantidad de trabajo que tienes que hacer, o sentir la presión de hacer más y más.

He sido pastor durante más de 12 años. He visto principalmente dos categorías de cristianos en la iglesia: los que anteponen su propia vida a Dios y los que anteponen la iglesia a sus responsabilidades.

Pocos cristianos llevan una vida equilibrada ante los ojos de Dios.

La falta de equilibrio en nuestro tiempo nos lleva a la frustración porque no podemos poner más canicas en cada maceta que su capacidad. Si dedicas menos tiempo a una de tus responsabilidades, eres negligente y no serás recompensado. Si das demasiado tiempo, estás perdiendo tiempo y, por lo tanto, eres negligente en otra área porque tu tiempo es limitado.

La falta de equilibrio también provoca carencias, ya que las áreas que descuidamos en nuestra vida tampoco dan fruto.

Lo que le espera a todo cristiano es convertirse en religioso. El espíritu religioso es un demonio que trata de influir en cada cristiano con pensamientos como:

“¡Deberías hacer más para mostrar tu amor a Dios!”.

“¡Mira lo que hacía el Apóstol Pablo, eres muy vago, te falta dedicación!”.

“¡Estás perdiendo el tiempo cuidando a tus hijos cuando podrías estar sirviendo al Señor!”.

El espíritu religioso intenta hacerte creer que el tiempo que utilizas para "servir al Señor" está mejor invertido que en cumplir con tus responsabilidades familiares, maritales o profesionales. En realidad, su objetivo es empujarte al desequilibrio para que no seas fiel a tus responsabilidades. Quiere limitar el fruto de tu vida, llevarte a perder el tiempo, a desarrollar frustraciones que te llevan al desánimo y finalmente a la pasividad.

Sin embargo, todo lo que haces, lo haces siempre bajo la mirada de Dios.

En el pensamiento bíblico, no hay tiempo sagrado ni tiempo secular. Así que si lavas los platos, cambias un pañal, llevas la contabilidad, arreglas un coche, haces la compra, juegas con tus hijos, das testimonio de Jesús a tu vecino, predicas el Evangelio o "sirves en la iglesia", tu vida es un acto de adoración ante Dios.

Por ejemplo, respecto a la educación de los niños, Jesús dice que si cuidamos de los niños, cuidamos de Él. No digo que haya que dejar de orar para trabajar. Pero lo que es importante entender es que Dios considera que tu fidelidad en tus responsabilidades es tan importante como tu fidelidad en tu servicio a Él, porque si haces lo que te pide, entonces todo es para Él.

Incluso voy a ir más allá y no creo que esté fuera del pensamiento bíblico. Cada vez estoy más convencido de que el descuido de nuestras responsabilidades es un obstáculo para el favor de Dios en nuestro servicio a Él. Por eso, las calificaciones para estar al servicio de Dios consisten en cuidar bien el hogar y la familia.

Jesús dijo: "sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré". Tal vez pienses que cuidar de tu familia es poca cosa, así que hazlo con todo tu corazón y con excelencia.

David Théry
Enseñanzas prácticas para experimentar a Dios