Gen JMuestra
ROMPE TU CIRCULO VICIOSO.
¿Has tenido alguna vez la responsabilidad de redactar y luego leer un discurso de despedida frente a todos tus compañeros y profesores en el colegio? A Josué, líder de Israel, le tocó vivir esa experiencia (Jos. 24). Había pasado el tiempo y Josué da por finalizado el proceso de conquista de la tierra prometida distribuyéndola en las diferentes tribus de Israel. Y había llegado el momento de despedirse, en un discurso donde recapitula todo lo que fue y significó el proceso de conquista de Canaán. En su discurso desafía a la siguiente generación a que no se olviden de servir a Dios con lealtad de la misma manera como lo hizo él. De hecho, les pide que tomen una decisión radical: o sirven a Dios junto a sus familias o no. La historia cuenta que si bien el pueblo le aseguró a Josué que servirían comprometidamente a Dios quitando todos los dioses falsos que aún permanecían en medio de ellos, lamentablemente, una vez que Josué muere, Israel se olvida de Dios y termina en un espiral de descenso conocido como el “Ciclo de los Jueces” (Jue. 2:11-23).
Este ciclo lo verás a lo largo del libro de los Jueces y da cuenta de la triste realidad espiritual de Israel. Lo podemos resumir de la siguiente forma: (1) el pueblo de Israel caía en el pecado de idolatría; (2) en consecuencia sufrían la opresión y esclavitud de un pueblo enemigo; (3) clamaban a Dios por auxilio; (4) Dios enviaba un líder militar o juez para liberarlos; (5) una vez libres, volvían a servir al Señor pero luego recaían nuevamente en la idolatría y así infinitas veces. La pregunta del millón es ¿por qué, si a pesar de que Israel le había prometido a Josué que servirían al Señor con fidelidad, terminarían atrapados en este círculo vicioso?
A mi juicio, hubo algo que no tuvo la generación de Josué y que necesitó durante todo el proceso de conquista de la tierra prometida y que de tenerlo, hubiera reducido aún más las posibilidades de caer en este ciclo: y es la presencia de una generación más adulta, de los padres y abuelos que murieron en el desierto, y que no pudieron asegurase de formar y supervisar la fe de la generación de Josué.
De igual forma, las nuevas generaciones de la iglesia de hoy necesitan de los adultos para consolidar su fe apasionada, como los adultos necesitan de los más jóvenes para renovar su fe domesticada. Hoy más que nunca urge una iglesia generacional, donde pequeños y grandes aprendan unos de otros. Lo triste de la historia de Israel es que el círculo vicioso de los Jueces continuó, de una u otra forma, durante la monarquía costándole el posterior exilio en Babilonia al punto que recién, en la generación post exilio, aparece un profeta asegurando que llegará un día en que el corazón de los hijos volverá al de los padres y el corazón de los padres volverá al de los hijos (Mal. 4:6). Esta profecía de Malaquías tendría cumplimiento en Jesús. Es sólo por medio de Jesús que es posible la restauración y reconciliación de todas las relaciones generacionales.
Ejercicio: Al terminar, ora pidiéndole a Dios un corazón leal a Él, reclamando el amor y el perdón incondicional que encuentras sólo en Jesús y que rompe todo círculo vicioso de pecado permitiendo también la restauración y reconciliación generacional entre padres e hijos.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Cómo es el carácter de alguien usado por Dios? ¿Te has hecho alguna vez esa pregunta? En la Biblia, Josué representa la genética de un conquistador. Desarrolla este plan de lectura de cinco días y descubre principios claves que te permitirán ser usado por Dios para reflejar su gobierno aquí en la tierra.
More
Nos gustaría agradecer a Andrés Stuardo por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.nuevasgeneraciones.cl/