Cuando cuesta amar.

El amor es uno de los temas más comunes en textos, libros, canciones y más. Se podría decir que, como es un tema tan común, la mayoría de nosotros seriamos expertos en el tema. Sin embargo, es uno de los temas que más se habla y se escribe porque es uno de los temas donde la mayoría de nosotros tenemos más conflicto, dudas, historias de alegría y dolor.

Por personalidad siempre me han considerado una persona que ama con facilidad, sin embargo, he tenido momentos donde amar se ha convertido en uno de los retos más grandes.

El amor es una de las razones por las cuales relaciones se establecen y la falta de amor es la razón común de relaciones rotas. ¿Cómo llegamos hasta allí?

La respuesta es que amar implica entrega. En la Palabra de Dios encontramos uno de los versículos más conocidos que dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que DIO a su hijo unigénito para que todo aquel que creyere en él no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Cuando Dios amó al mundo, Él entrego su único Hijo. Por naturaleza tenemos la inclinación de pensar en nuestro bienestar, en nuestra comodidad, en nuestro beneficio; nuestro enfoque se torna en un enfoque introspectivo (hacia nosotros), perdemos de vista la esencia del amor.

El amor DA, que implica que nuestro enfoque se proyecte hacia otros. El amor da a pesar las circunstancias, el amor entrega a pesar de los conflictos, el amor continua a pesar de las heridas.

Dios no tenía necesidad de dar su Hijo, pero Él quería demostrar de una forma tangible Su amor por nosotros. Nosotros, como su creación, no hicimos nada para ganarnos su amor, Él simplemente nos amó. Él no nos ama cuando estemos en cierto nivel de madurez para recibir su amor. Él entregó su UNICO Hijo, para hacernos ver que su amor por nosotros era inmenso.

Cuando me encontraba retada a amar aquellos que me lastimaban, recuerdo a Dios guiarme a orar por estas personas como cuando oramos por aquellas personas que amamos de forma profunda. A medida que oraba por ellos, por su familia, por su trabajo, por sus finanzas, por su bienestar, por su salud emocional y espiritual. Mi perspectiva hacia ellos cambio totalmente, porque Dios me permitió ver que no se trata de que fueran dignos de recibir amor o no, se trata de que todos lo necesitamos, pero desafortunadamente en medio del dolor nos negamos a darlo o recibirlo. Pude ver que todos aun aquellos que nos lastiman son tan vulnerables y necesitan que alguien los ame a pesar de.

Tenemos un llamado constante a dar, a amar sin esperar que aquellos que han traído dolor a nuestra vida cambien, pero con la certeza que nuestro amor puede impactar sus vidas.

Hoy quiero retarte a que intencionalmente saques 3 minutos para orar por la vida de estas personas que te han lastimado, clama por ellos como cuando oras por aquellos que son fácil de amar. Pide a Dios que les encuentre en sus necesidades, clama por milagros, clama por ver manifestado a Jesús en sus vidas. Estoy segura de que terminarás esta oración y podrás verlos de una forma distinta, podrás entender que el amor se ha hecho tangible en tu corazón y serás transformado para transformar.