Amor propio

En este transcurso de tres días hemos tocado características importantes de amar y de entender el amor. El amor es dar, el amor es retornar a nuestra fuente. Hoy quiero recordarte que el amor implica que tú te ames.

Dice en Mateo 22:39: “Ama a tu semejante como te amas a ti mismo”.

¿Como podemos amar a los otros sino hay un amor hacia nosotros mismos? Realmente no funciona. En muchas ocasiones he visto personas maltratar a otras o he recibido su maltrato y me pregunto: ¿Quién te dejo caer? Y aunque la pregunta puede lucir un poco fuera de contexto quiero invitarte a un viaje al Antiguo Testamento donde relata la historia de Mefiboset.

Mefiboset era el nieto del rey Saúl quien se encontraba en la ciudad de Lo-Debar que en su origen significa sin orden, sin líder, sin gobierno. Mefiboset estaba en esta ciudad porque se encontraba lisiado de sus piernas, cuando tenía cinco años quien cuidaba de él lo dejo caer lo cual causo que Mefiboset quedara en esta condición. Él se encontraba en un estado de abandono y olvido. La historia relata que el rey David busco por un descendiente del Rey Saúl para mostrar misericordia y lo hizo con Mefiboset.

Te llevé en este corto viaje al Antiguo Testamento porque el amor propio es parte vital de poder expresar el amor a los demás. En muchas ocasiones vemos personas que por naturaleza son ásperas y desconocemos las razones por la cuál lo son, sin embargo, nuestra labor es amarlos y orar por su bienestar.

En nuestro caso podemos encontrarnos a nosotros mismos en Lodebar, un lugar sin orden, sin líder, sin gobierno porque alguien nos dejó caer. En muchas ocasiones vivimos en este estado sin detenernos y sanar aquello que nos ha hecho vernos a amarnos menos. No comparto mucho de aquella manera de ver la vida donde te dice que tú puedes solo, tú eres lo más importante. Creo que, si somos importantes, pero nuestra dependencia de Dios es lo que nos permite ser completamente capaces de amar porque nos amamos a nosotros mismos.

En el versículo no dice ama a los demás y si te queda espacio amate a ti mismo, dice ama a los demás COMO te amas a ti mismo. Mi pregunta del día de hoy para ti es, ¿te amas como eres? ¿Qué áreas en tu vida crees que necesitan ser transformadas para poder amarte y amar a otros de forma saludable?

Contestar estas preguntas va a requerir de cambios, de ajustes, de esfuerzo. Pero créeme que vale cada momento que dediques a amarte como Dios te ama. No podemos dar de lo que no tenemos. Mi siguiente pregunta para ti es, ¿quién te dejo caer? ¿A quién debes perdonar para comenzar tu proceso de sanidad y ver que Dios puso en ti todo lo necesario para que puedas reflejar su amor y su bondad?

Quiero invitarte a que inviertas tiempo en conocerte, en mostrar gracia hacia ti, en amarte, en recordarte a ti mismo que si hay aliento en ti aun hay propósito. Que alguien te haya dejado caer no te imposibilita en realizar tu propósito, al contrario te equipa para ayudar a levantar a otros.