Marcado, Transformado Por La PalabraMuestra

«La Palabra ha marcado mi vida»

Así como Jeremías fue conocido por otros como el hombre del Señor de los Espíritus, deseo ser conocida por otros, no como Nancy, la madre de Sara y Will, o la esposa de William o aún la maestra del estudio bíblico; sino como la mujer del Señor de los Espíritus, una mujer de la Palabra. Atesorar la Palabra de Dios en mi corazón me ha dado pertenencia de su Palabra. Recuerdo tan vívidamente cuando me di cuenta, que la Palabra de Dios es mi Palabra. Estaba sentada en un servicio de la iglesia y cuando el pastor comenzó a leer el texto para su sermón, era como si él hubiera leído mi diario de oración. Esas fueron mis escrituras; escrituras que había atesorado en mi corazón y que proveen verdad a mi vida. 

Otro momento que me probó que la Palabra de Dios se había convertido en mi Palabra, vino a mí  en medio de un terrible tráfico en Houston, camino a casa. Mis ojos se glasearon mientras escuchaba atentamente la emisora cristiana que sonaba en el radio del automóvil. El locutor comenzó a entrevistar a un hombre que era uno de los líderes de alabanza en el programa de esa noche en el reconocimiento cívico y servicio de alabanza al que asistiría.

Mis oídos estuvieron atentos mientras escuchaba al líder de alabanza decir, “he invertido tiempo desarrollando mi vida secreta”. Eso captó mi atención y quería saber más. 

El locutor preguntó, “¿Es verdad que nunca terminó su colegio, pero ha sido líder de alabanza por 19 años?” A lo que el líder de alabanza repuso, “Nunca tuve que promoverme, la escritura dice que lo que se hace en secreto será revelado. Por eso trabajé en mi vida secreta. Comencé con un tiempo a solas en mi habitación como un adolescente, a cantar y tocar la guitarra para el Señor. Luego, tomaba una caminata y oraba. Se convirtió en un hábito y mi vida secreta, fue revelada mientras dirigía a otros públicamente en adoración”. 

En ese momento, estaba buscando algo en qué escribir mientras salía de la carretera. “¡Wow!”, pensé, “¡así es como vives una vida marcada y esto es lo que me sucedió a mí!” Había comenzado a memorizar la Palabra de Dios para renovar mi mente e incrementar mis municiones contra el enemigo, pero algo grandioso sucedió. El tiempo secreto que yo invertía atesorando la escritura en mi corazón se convirtió de manera evidente en aquello que tocó mi vida. El dedo índice se usa para mostrar una dirección o apuntar algo que deseas que alguien más vea. De la misma manera, este paso, marcar, revela como la Palabra de Dios transforma una persona de adentro hacia afuera.