Marcado, Transformado Por La PalabraMuestra

«Piensa, actúa, relaciónate como Jesús»

Asir la Palabra de Dios por medio de memorizar, meditar y movilizar hará una profunda marca en ti. La Palabra de Dios atesorada ha marcado mi vida espiritual, relacional y públicamente. La Palabra implantada en tu mente y corazón, actúa como un jardinero. La Palabra tiene filo, actúa como un azadón que rompe los lugares duros de nuestro corazón, los hace más accesibles a la semilla de la fe que Dios quiere plantar en nosotros.  Cuando la Palabra rompe nuestros corazones, nos convertimos en más conscientes del pecado que está tratando de enraizarse.

Encuentro que guardo cuentas pequeñas con Dios, en eso mi corazón es más fértil, permitiendo convicción para que crezca más fácilmente el milagro de la Palabra de Dios guardada en el corazón. La Palabra de Dios que ha sido atesorada en mi ha marcado y transformado mi vida de cuatro maneras distintas. 

Mi razonamiento fue transformado de tal manera que comencé a pensar más como Jesús. Esta transformación es el resultado de establecer mi mente primero en la verdad de la escritura en lugar de la verdad relativa del mundo. Después comencé a practicar lo que llamo «morder mi cerebro».

Mi madre siempre decía, «¡muerde tu lengua!» siempre que estaba tentada a decir algo crítico sobre alguien más. Utilizo esta misma idea, pero la Palabra de Dios viene a ser los dientes para morder una mentira, siempre que entra mi mente. En lugar de creer la mentira, elijo creer la verdad de Dios. A través del tiempo me di cuenta que mis viejos pensamientos «basura», fueron transformados y comencé a sostener la Palabra de Dios, por encima de las mentiras del enemigo.

En segundo lugar, mis respuestas o la manera en la que reacciono a circunstancias difíciles mi vida cotidiana empezó a cambiar. Comencé a actuar como Jesús, en lugar de como lo hace el mundo. En lugar de reaccionar con ira, duda, o enojo, estuve en posibilidad de recordar versículos y manifestar a Dios y su Palabra en valor, esperanza y paz; especialmente cuando me encontré en medio de una circunstancia sobrecogedora. 

Mientras mi razonamiento y mis respuestas cambiaban, sucedió lo mismo con mis relaciones.  Me convertí en una persona diferente, ocurrió la transformación. ¡Comencé a amar como Jesús! Amar como Cristo, significa que das gracia a la gente difícil en tu vida, bendices a amigos y enemigos, y das palabras de verdad a quienes las necesitan.