EL PODER HONRAR A NUESTROS SUBALTERNOS

Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar (Mateo 18:6 NVI).

¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu actitud cuando Dios te ha otorgado un puesto de autoridad?

La Palabra de Dios se refiere como “pequeños” a todas aquellas personas que ha puesto a nuestro cargo como su autoridad y nosotros debemos recibir este encargo entendiendo que estamos para amarlos y protegerlos mediante la corrección y la disciplina teniendo claro que estas dos palabras no nos llevan a humillar y castigar, sino a realizar un acto de amor mediante la guía y la formación para lograr un propósito común.

Por esta razón, toda persona que tiene un lugar de liderazgo puede ejercer sobre sus subalternos una influencia positiva cuando los potencializa y reafirma, teniendo en cuenta sus ideas y haciéndolos parte de, y pagando un salario justo; pero, por el contrario, si en lugar de animarlos los desgastamos con nuestras actitudes, muchas veces con nuestro abuso de autoridad podemos lograr los objetivos propuestos, pero obtendremos como resultado equipos débiles que en cualquier momento pueden revelarse y ocasionar que seamos piedras de tropiezo para su crecimiento y progreso espiritual. Es clave aprender a ser líderes justos que valoran sus equipos y los llevan a crecer y superarse espiritualmente.

Oración:

Señor, hoy te doy gracias por ser digno de tu confianza para guiar y dirigir, por esta razón me comprometo a ser un líder como tú, brindando confianza y seguridad a quienes lidero. Prometo no ser piedra de tropiezo para aquellos a quien has puesto a mi cargo. Amén.

¿Honro a Dios con mi forma de liderar? Recordemos que al honrar a quienes Dios ha puesto a nuestro cargo, recibimos como recompensa cumplir con nuestros objetivos propuestos conformando equipos sólidos y fuertes.