Un amor que vale para siempreMuestra

Un amor sacrificial

Una noche conversaba con una amiga. Mientras ella me contaba los desafíos que enfrentaba en su relación de noviazgo, se detuvo para preguntarme: "¿Cómo te gustaría que te amaran?". "Con gracia", le dije. Ella me dijo que esa era una expectativa irreal porque nadie ama así. Lo que mi amiga desconocía es que, en ese momento, en mi cabeza rebobinaba 1 Juan 3:16, RVR1960:

En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

Este es un amor en su máxima expresión.

Sgurgeon comenta diciendo: "el verdadero amor no le bastan las palabras. El amor se deleita en el sacrificio. Se regocija en negarse a sí mismo. El amor de Cristo se manifestó en entregar Su vida por nosotros".

La relación que tenía Jesús con nosotros era semejante a la del alfarero y la arcilla. Si el alfarero tiene la arcilla en su torno y se echa a perder, debe desecharla y empezar con otra nueva. Sin embargo, Jesús no hizo eso con nosotros. Sin ninguna obligación, se ofreció en nuestro lugar; ese es un amor sacrificial.

Un amor sacrificial puede reflejarse de la siguiente manera:

1. Ama primero (1 Juan 4:12, NTV).

2. Está dispuesto a morir (1 Juan 3:16, NTV).

3. Demuestra su amor con acciones (1 Juan 3:18, NTV).

4. Ama con sabiduría (Santiago 3:17, NTV).

5. Es constante y permanente (1 Corintios 13:7, NTV).

Este amor sacrificial de Cristo nos cubrió de gracia. La gracia es ese favor que no merecemos, y cuando se dice que no lo merecemos, se refiere a que merecíamos todo lo contrario. ¿Qué es lo que merecemos? Morir por nuestro pecado, sin amor ni perdón, pero Dios escogió lo contrario: amarnos. Si podemos gozar del amor de familiares, amigos, hijos, esposo(a)… es por la gracia de Dios. Este amor se magnifica cuando lo hacemos desde la Cruz. Cuando amas con gracia, no estás amando porque tu mamá hoy ha sido una buena madre. No estás amando a tus hijos porque hoy hicieron menos rabietas a la hora de su siesta. ¿Recuerdas la lista de arriba, la de cómo se ve un amor sacrificial? Te dije que es constante, es decir, que estás amando aún cuando lo hacen mal. Aún el día cuando tu madre te grita, aún el día cuando tus hijos no obedezcen, aún cuando tu esposo te ofenda o cuando tu novio olvide una fecha especial. Sigues amando, a pesar de los defectos, no juzgas, sino que buscas edificar.

Veamos los siguientes ejemplos:

Andrea tiene una buena amiga que aprecia mucho, pero esta amiga tiene debilidades en su carácter. Se enoja con facilidad y puede llegar a lastimar en el proceso. Andrea es consciente de las debilidades de su amiga, no renunciará a su amistad, sino que, en oración, pide por ella y busca recursos de gracia que puedan ayudar a su amiga a crecer en carácter.

María es una esposa joven y su esposo es un mal mayordomo de su tiempo. Esto ha afectado la puntualidad en la asistencia a los servicios. En lugar de escoger quejarse y criticar a su marido con sus amigas, María elige orar para ser dirigida sobre la manera correcta de ayudar a su marido a ser un buen mayordomo de su tiempo.

Juan trabaja en una oficina. Se da cuenta que su compañero está siendo irresponsable con sus asignaciones diarias. Juan decide confrontar las faltas de su amigo y animarle a mejorar su rendimiento ofreciendo primero su ayuda.

Estos son simples ejemplos de cómo podemos amar con gracia. Si te has preguntado "¿Cómo puedo manifestar un amor que valga para siempre?", este es la clase de amor que vence al mundo.

Durante los últimos meses, he estado haciendo una sencilla oración y quiero que me acompañes: Dios, ayúdame a amar con gracia, quiero ser una extensión de tu gracia en la tierra.