Tu Palabra Es VerdadMuestra

Escrito está

Pienso que unas de las palabras más significativas dichas por Jesús, fueron, “Escrito está.” Las pronunció en medio del desierto, cuando su carne estaba débil por el hambre y la deshidratación. Se las dijo al diablo, cuando queriendo éste aprovecharse de su debilidad, le tentó tres veces. De esta experiencia de Jesús aprendemos que podemos hacerle frente al enemigo haciendo buen uso de la Palabra de Dios.

Al decir “escrito está”, vemos que Jesús había leído, había aprendido y creía la Palabra que estaba usando contra el enemigo. Sabía también qué palabra aplicar en su circunstancia. Convertir piedras en pan no comparaba a la profunda verdad de que la Palabra de Dios, que es la que nos sustenta, estaba en Él.

“Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Mt. 4:4 Y es así, Dios nos sustenta con su Palabra, el salmista decía: “Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra.” Sal. 119:28

La gloria que el diablo le propuso a cambio de que le adorara (¡qué descarado y atrevido!) así como la incitación a tentar a Dios saltando de lo más alto del templo, fueron resistidas por Jesús con la palabra que ya estaba escrita. Jesús salió victorioso del ataque del enemigo y con la Palabra de Dios le hizo alejarse de Él.

¡Cuán importante y necesario es que, como hijos de Dios, amemos, estudiemos y escudriñemos las Escrituras! Jesús nos ha dado su ejemplo para que nosotros conozcamos la Palabra de Dios y la usemos con autoridad.

Como cristianos enfrentamos situaciones que se traducen en pruebas, tentaciones y ataques del enemigo. Dios nos ha provisto de una armadura espiritual para que podamos resistir, vencer y estar firmes contra las acechanzas del diablo.

Entre todos los componentes de esa armadura se encuentra la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Ef. 6:10-17 El consejo de Jesús es que la escudriñemos, ¿sabes por qué?, porque Él la escudriñaba. Te invito a ir a los Evangelios, allí tenemos un cuadro claro sobre Jesús y encontramos sus palabras y sus promesas.

¿No es hermoso y reconfortante saber que en medio de todas las circunstancias de nuestras vidas, la presencia de Jesús está con nosotros? Sigamos su ejemplo y agarrémonos de la palabra de Dios, digamos como el Maestro, “escrito está” y levantemos nuestra espada con la certeza de que, en el Señor, somos más que vencedores.