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Asidos de la verdad

¿La verdad? ¿Qué verdad? Para muchos esta es una palabra que está impregnada de relatividad. Es decir, todo depende del cristal con el que se miren las cosas. Basados en ese principio, gestado en la ignorancia y la necedad, se hace real el hecho de que hay quienes a lo malo llaman bueno y a lo bueno malo.

La razón para que esto ocurra es porque no hay temor de Dios en el corazón, y por lo tanto la Biblia es para ellos un libro escrito por hombres y no la Palabra de Dios. Por eso, vemos como prospera la iniquidad y la maldad de los hombres, haciendo que el mundo abra sus brazos a herejías, y a leyes que abiertamente contradicen la verdad revelada por Dios en Su Palabra.

Esto no es algo nuevo, el diablo siempre ha querido cambiar la verdad de Dios por la mentira. Recordemos la conversación que sostuvo con Eva en el Edén. “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Gén. 3:4-5. Desde entonces, la verdad es trastocada por las mentiras diabólicas que son sostenidas con orgullo por los que las aplauden.

¿Qué hacemos nosotros? Y cuando digo nosotros, me refiero a los que hemos creído que Cristo es el camino, la verdad y la vida. Bueno, la Biblia es clara cuando nos responsabiliza a nosotros para ser paladines de la verdad. En 1 Tim. 3:15 se nos dice que somos llamados a ser columna y baluarte de la verdad. Como cristianos, es importante y necesario, que sigamos la exhortación del apóstol Pablo, “Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad” 2 Cor. 13:8.

El mundo corre a galope en su empeño de querer cambiar la verdad de Dios por ideologías y teologías engendradas en el mismo infierno. ¿Qué nos corresponde hacer a los cristianos para ser columna y baluarte de la verdad? Tenemos que conocer la verdad, tenemos que crecer en nuestro conocimiento del Señor, tenemos que ir a la Palabra.

Somos llamados por Jesús la sal de esta tierra y la luz de este mundo, ¿lo estamos siendo? Creo que el Señor nos está llamando a colocarnos en el camino como antorchas encendidas; Dios no quiere que nos avergoncemos de lo que creemos, porque otros nos llamen fundamentalistas o fanáticos. Dios quiere que levantemos nuestras voces y proclamemos la verdad del Evangelio. Cristo viene pronto y es imperativo que ciñamos nuestros lomos con la verdad, que andemos y vivamos conforme a la verdad, y luchemos por la verdad.