Tu Palabra Es VerdadMuestra
Una palabra garantizada
Una de las preguntas más importantes que hacemos a la hora de comprar un producto valioso es sobre la garantía que nos ofrecen. Lo hacemos porque entendemos que las cosas son perecederas y en algún momento pueden dejar de funcionar. Así es que si nos ofrecen una garantía mejor la pagamos, pensando que así estaremos cubiertos en la eventualidad de que le ocurriese algo al producto.
Pero esa garantía no es garantía de que en su momento nos responderá como esperamos. En algunos casos, cuando la necesitamos nos venimos a enterar que eso que se dañó no lo cubre y salimos trasquilados. Qué le vamos a hacer, esas cosas pasan.
Les hablo de esto, porque quiero llevarles a la gloriosa verdad de que las garantías de Dios son cien por ciento confiables. Lo que Dios dice lo cumple, Él es fiel. En su Palabra encontramos el testimonio de sus promesas y de su veracidad. “Porque yo Jehová hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable” Ez. 12:25.
El mundo, la gente, los gobiernos no son confiables. Sus preceptos, ideas, normas, filosofías, promesas van y vienen, así como el velero es movido por el viento en el mar. Entonces, ¿A quién miramos? ¿En quién esperamos? ¿En quién confiamos? Los que amamos al Señor, le miramos a Él, esperamos en Él y confiamos en su fidelidad. Podemos decir como el salmista: “Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado Sal. 130:5.
La fidelidad de Dios es inherente a su persona. Él siempre es fiel. Nosotros fallamos, erramos, cambiamos y en ocasiones no somos fieles a Él, pero Él permanece fiel. Lo que ha dicho se cumplirá, lo que ha prometido se hará una realidad. Tomemos como ejemplo las palabras de Jesús, “He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amén.” Mt. 28:20. Las palabras “todos los días” significan todo el tiempo. De modo que, como su palabra es verdad, tenemos la certeza de su compañía de día y de noche. Garantizado.
Mirar a Dios y esperar en Él es lo más sabio, porque sólo Dios puede ayudarnos en todas las áreas de nuestras vidas. El Salmista reconoció esta verdad y por eso afirmó: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.” Sal. 73:25.
El Altísimo, Creador y omnipotente Dios es nuestra firme confianza. Saberlo nos da paz, nos hace descansar y confiar. Jesús fue muy claro cuando dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mt. 24:35. ¡Garantizado! Y su Palabra es Verdad.
Amados, sigamos el consejo divino: “Asidos de la palabra de vida.” Fil. 2:16.
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Lo que nos pasa, El Hallazgo, Con los ojos en la cabeza, Bajo su Luz, Un bocado cada día 1-2-3, Acércate más para oír, De la mano de Dios
Agradecimiento especial a Jonathan Riddering por su colaboración en el arte gráfico.
Acerca de este Plan
Recibimos una gran cantidad de mensajes a diario, unos ciertos y otros falsos. Esos mensajes van y vienen y no aportan estabilidad a nuestras vidas. Sólo la Palabra de Dios nos da la seguridad y la estabilidad que necesitamos. Veremos en este plan como la fe que está fundamentada en las Escrituras es una fe que permanece en la verdad, porque Su Palabra es verdad.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/GrettchenStage