¿Por qué debo seguir a Cristo en mi juventud?

Hoy es el día 4 de nuestro devocional y el hecho de que aún teniendo la posibilidad de renunciar a este plan y saber que te quedaste nos da gran gozo y satisfacción. Ya estamos casí a la mitad de la carrera, no decidas tirar la toalla ahora.

Iniciemos...

La juventud pasa muy rápido y es por eso que debemos aprovechar al máximo cada segundo. Pero, ¿cómo aprovechamos al máximo nuestra juventud? La mejor forma de aprovecharla es invirtiendo nuestra vida en lo que realmente vale la pena mientras tenemos salud y fuerzas. No hay nada más seguro y apropiado que invertir en el Reino de Dios que permanecerá para siempre.

Eclesiastés 12:1

Acuérdate de tu Creador
cuando todavía eres joven,
antes que lleguen los malos tiempos y te aflija la vejez;
así no tendrás que decir: «Ya no le encuentro gusto a la vida».

Cuando entendemos que hay una eternidad y un Dios que nos ama más de lo que nosotros nos amamos, los placeres legítimos de la vida pasan a ser disfrutados en el mejor sentido. Y pasamos a encontrar sentido en lo eterno y no en los placeres de este mundo.

La vida que vivimos no es solo para vivirla en esta vida, si no también en la eternidad, teniendo en cuenta que seremos juzgados y que el bien será recompensado como también el mal será condenado. “Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud”. Acuérdate de aquel que te creó y te dio vida, acuérdate de Él dándole como ofrenda tu corazón.

En lo personal, tomar la decisión de Servirle a Él en mi juventud ha sido la decisión más importante, pero la más especial. Tener que dejar mis propios deseos, para desear y que se cumplan los suyos ha sido un reto. “Voy a servirle a Cristo, luego, cuando sea una anciana”, era una de las frases que más decía cuando no le servía a Dios porque pensaba que servirle a Cristo a tan temprana edad resultaría una carga para mí, tener que dejar “cosas” por Él, era muy difícil. Pero como parte de mi testimonio, el Señor me hizo entender que esas cosas que era difícil para mí dejarlas por amor y obediencia a Él, en Él iban a ser superadas.

Mi juventud en Cristo claramente no ha sido todo color de rosa, he caído y fallado muchas veces. Pero mi vida está sujeta sobre la roca que es Cristo. Solo Él puede saciar mi corazón, y mi alma por naturaleza necesita a su creador, Porque el alma responde a quien le hizo. Servirle a Él no es carga, es deleite. Deleitarme en Él, sacia mi alma. Y como decía el salmista en una ocasión, el alma misma clama por Dios. Todo joven necesita a Dios.

Si aún no sigues a Cristo en tu juventud, te invito a hacerlo. Es la mejor decisión que habrás tomado. Te lo dice una joven, que desearía haberla tomado mucho antes. Si ya lo haces, mantén tu lámpara encendida. Dios tiene un hermoso propósito contigo, y quiere que se haga manifiesto. Lo que importa es la razón por la que estás aquí: “Porque no es la vida que tienes lo que importa sino la razón por la cual fuiste provisto de ella”. Porque somos hechuras suyas que estamos aquí para llevar a cabo las obras preparadas por el Señor (Efesios 2:10).

Estamos llamados a ser representantes de cristo en todo tiempo y en todo lugar. Dios nos manda a ser ejemplos, en palabra (con lo que hablamos), en actitud (como nos comportamos), en amor, en fe (fidelidad) y en pureza.

No descuides lo que Dios ha depositado en ti. El don que ha sido puesto, tus habilidades y talentos deben expresar la gloria de Dios (1 Timoteo 4:12).

Para finalizar el día de hoy me gustaria hacer algo diferente y es el hecho de preguntarte lo siguiente:

¿Te gustaría aceptar a Dios como tu único y suficiente Salvador hoy? Si tu respuesta es que ya lo aceptaste entonces permíteme hacerte una pregunta un poco diferente: ¿Te gustaria reconciliarte con el Señor hoy?