No estás solo.

Creo que el 99.9% de personas alguna vez en su vida se han sentido solos, algunos abandonados, otros sin rumbo pero ciertamente la mayoría hemos experimentado este tipo de sentimiento. Sin embargo, ¿por qué me siento solo aún relacionandome con Dios?

Iniciemos...

Con paciencia esperé que el señor me ayudara, y él se fijó enmíy oyó mi clamor. Me sacó del foso de la desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó (Salmos 40:1-2 NTV ).

Estar rodeado de personas, contar con buenos amigos, compartir entre risas y buenas conversaciones mientras pasa el tiempo, luego, llegar a tu habitación y sentir la carga tan pesada que impone sobre tus hombros la soledad; es un escenario que como jóvenes experimentamos con mucha frecuencia. Si pudiera describir cómo se siente, sin dudas lo haría del mismo modo que el salmista, es un fango resbaladizo del que desesperadamente queremos salir, pero en el que es imposible mantenerse de pie.

Al escudriñar la Palabra de Dios podemos encontrarnos con grandes hombres de Dios que al igual que tú, fueron atacados del mismo modo. El sentimiento de soledad es una de las principales armas del enemigo para desanimarte, socavar tu confianza en Dios y herir tu autoestima. Este ataque se manifiesta como dardos de fuego envueltos en argumentos falsos que nos hacen pensar que estamos solos, que Dios nos ha abandonado y no contamos con su ayuda. Es justo ahí donde debemos preguntarnos, ¿qué dice Dios en su Palabra de esto que estoy viviendo?

Dios permite estos escenarios para desarrollar el carácter divino en nosotros, enseñarnos a depender de Él y llevarnos a tener una relación más estrecha con Él. Su Palabra nos dice: El señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes (Deuteronomio 31:8).

Esta es una verdad muy poderosa y una promesa de Dios para ti, utilízala como espada para contrarrestar el ataque del enemigo. Recuerda que quien ha decidido ser amigo de Dios y hacer de Él su refugio, nunca estará solo. Puede ser que todos te abandonen, pero jamás Dios lo hará. Si clamas a Dios en medio de la desesperación y la tristeza que puede sentir tu alma, el inclinará su oído y vendrá en tu auxilio. Dios mismo te tomará de la mano y afirmará tus pies, caminará contigo y te llevará a lugar firme.

¡Dios mío, yo te amo porque tú me das fuerzas! Tú eres para mí la roca que me da refugio. ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder (Salmos 18: 1-2).

Te invito a hacer la siguiente oración: Señor yo te necesito y quiero sentir tu compañia cada día de mi vida, que nunca se aparte de mi tu presencia y que todo lo que quiera hacerme desviar de tus propósitos no pueda tener cabida en mi vida. Perdóname por las veces que he dicho que estoy solo/a sabiendo que tú estás conmigo, quiero aprender a valorarte, ayúdame a fortalecer mi relación contigo y a dedicarme cada día mas en buscar de tu presencia. En el nombre poderoso de Jesus. Amén.

En el día de hoy te reto a que todo lo que hagas hoy se lo comuniques al Señor así como se lo comunicas a tus amigos.

Recuerda: No estás solo, tienes a Dios contigo.