Triunfando en las PruebasMuestra
La rectitud comienza por la humildad
Lectura: 2 Pedro 2:11-16
EOAO: 2 Pedro 2:15
Han dejado el camino recto y se han extraviado para seguir el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad
En el Texto
¿Has oído alguna vez la historia de Balaam? En las páginas de Números 22-24, encontramos el relato de un profeta gentil llamado Balaam. Es un ejemplo vívido de alguien que sabía distinguir entre el bien y el mal, pero dejó que la tentación lo desviara de la justicia. A pesar de entender que estaba mal maldecir a los judíos, el corazón de Balaam vaciló cuando la riqueza y el honor colgaron ante él. De la misma manera, el hombre que una vez tuvo claro el camino correcto se dejó desviar por las tentaciones mundanas.
Al igual que Balaam, muchos falsos maestros de la época de Pedro, y de nuestra época, han dejado que sus almas queden atrapadas por la codicia y los deseos egocéntricos. El atractivo de las ganancias materiales y el reconocimiento les han hecho perder de vista la verdad última y el propósito divino. Ellos, que podrían haber sido faros brillantes de la sabiduría de Dios, eligieron en cambio un camino sombrío, conduciéndose a sí mismos y a los demás a la oscuridad espiritual.
Afortunadamente, en las Escrituras hay otros modelos mucho más inspiradores para nosotros. Cuando observamos el modelo de un verdadero siervo de Dios, como Moisés, Daniel o Ester, ¿qué vemos? Un corazón rebosante de humildad; ojos que miran más allá de las ganancias personales; y manos que buscan servir a los demás con amor y obediencia. Un siervo así no persigue alabanzas mundanas ni recompensas monetarias. Su alegría y satisfacción provienen del acto mismo de servir a Dios, donde irradiar Su amor a los demás es suficiente.
En el mundo actual, donde la tentación viene a menudo disfrazada de la manera más atrayente, seamos capaces de mantenernos firmes en nuestra fe. Que nuestros corazones permanezcan anclados en la verdad de Dios, y que nuestros espíritus sean fortalecidos por un amor genuino hacia Él. No nos dejemos llevar por los placeres efímeros ni por los aplausos volubles del mundo. En lugar de ello, dejemos que nuestros corazones canten una canción de devoción eterna y obediencia firme a nuestro Padre Celestial.
Oración
Señor Jesús, por favor fortalece mi corazón contra la tentación de las cosas del mundo. Ayúdame a servirte con amor y obediencia inquebrantables, poniendo Tu voluntad por encima de todo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
En Triunfando en las Pruebas estudiaremos Primera y Segunda de Pedro. Estas cartas siguen siendo tan relevantes hoy, y proporcionan una valiosa brújula para navegar por la vida en estos tiempos difíciles. Pedro anima a los primeros cristianos, y a nosotros, a mantenernos firmes en la Palabra de Dios.
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