[Las palabras de adviento] GOZOMuestra

La gloria del gozo

Nos encontramos en la campiña alrededor de Belén, donde Rut y Booz se casaron y dieron a luz a Obed, quien engendró a Isaí, quien a su vez engendró al rey David.

Belén (la casa o ciudad del pan) es un conector importante entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Desde el pacto abrahámico hasta el pacto davídico que habla de un rey permanente a través del linaje de David, es en Belén donde nació David y donde Cristo está a punto de nacer.

En esa misma campiña, los pastores estaban en los campos, vigilando a su rebaño por la noche. Los pastores eran los trabajadores más humildes. Estos pastores en particular eran incluso los más humildes porque eran trabajadores contratados. Ni siquiera eran los dueños de las ovejas. Por eso tenían que trabajar durante la peor guardia: el turno de noche. Su horario les impedía ir a la ciudad a limpiarse ceremonialmente para poder entrar al templo. Eran literalmente los inmundos, los marginados.

Estos parias nos recuerdan a Rut, la moabita que llegó a Belén como una extranjera, pero que finalmente se convirtió en parte del linaje de Cristo.

Un ángel apareció y les dio a estos pastores la noticia de la llegada de Jesús. ¡Dios eligió proclamar esta increíble noticia a estos marginados, los más humildes de los pastores! La gloria de Dios llegó a los menos privilegiados. ¿Por qué Dios les reveló esta increíble noticia a ellos? ¿Por qué no lo hizo a los sacerdotes o a la realeza? Tal vez lo hizo para mostrar que Cristo está disponible para toda la humanidad.

Se cree que en estos campos estos pastores vigilaban las ovejas que eventualmente serían sacrificadas en el templo. ¡Qué paradoja! Jesús, el Cordero de Dios, eventualmente sería sacrificado por nuestros pecados. Y la noticia de su venida, la noticia del Cordero que también es nuestro Buen Pastor fue dada a los pastores que cuidaban a las ovejas que serían sacrificadas por los pecados de la nación.

Durante cuatrocientos años había habido silencio de parte de Dios, hasta que un ángel del Señor rompió ese silencio. En el cumplimiento de los tiempos, la gloria del Señor los abrumó. Los pastores tuvieron mucho miedo. Pero no huyeron ni se fueron. Se quedaron porque con ese miedo se generó el comienzo de este increíble gozo que viene con la gloria de Dios en Cristo Jesús. ¡La gloria de Dios había regresado!

Padre, gracias porque tu gloria regresó con Cristo Jesús. ¡Quiero experimentar tu gloria y tu gozo hoy!