No desprecies el perdón de Dios

El perdón de Dios es una bendición que llega por su pura misericordia y elimina la carga que representan todos esos pecados y rebeldías. Pero, mientras el ser humano no reconozca que hay un pecado en su corazón, carga con ese pecado, que va minando la vida hasta lo más profundo, daña la salud, las emociones, e incluso la economía, así lo dice la Biblia. Pero cuando lo confesamos, viene una sanidad interna que sana los pensamientos y cambia la manera de vivir.

Este Salmo te invita a confesar el pecado porque eso te dará fuerzas. Cuando descubres la maldad en lo profundo del corazón, lo mejor es reconocerlo y confesarlo de manera sincera ante Dios; es liberador.

Sin embargo, hay personas que confiesan su pecado y con el paso de los años continúan recriminándose aquello que hicieron. Somos nosotros mismos quienes lo hacemos. Ten cuidado, no desvalores el perdón de Dios. Si algo en tu corazón te recrimina, ve a Dios con eso, porque Él ya te perdonó y tú no eres más justo que Dios. Si Dios te perdonó, ¿quién eres tú para continuar castigándote?

A veces, esa recriminación es el resultado de un corazón lleno de orgullo.