Nacer De Nuevo, Crecer ConstanteMuestra

Un enfoque en lo eterno

Está claro que tu trabajo es aquí en la tierra, pero eso no puede hacerte perder de vista el verdadero fin de tu esfuerzo, no estás acumulando tesoros en la tierra, como te mencioné antes, todo cuanto siembras aquí, tiene una cosecha eterna, aunque aquí en la tierra puedes, en la infinita misericordia y voluntad de Dios, ver resultados tangibles producto de tu trabajo, porque el Dueño de la obra en la que trabajas, también se ocupa de tus necesidades terrenales.

Cuando trabajas en lo que Dios te llamó, estás amontonando tesoros en el cielo, por eso la importancia de la intención con la que trabajas en la obra, ¿Hay en ti un hambre por engrandecerte aquí en la tierra, o un interés genuino por las almas por las que Jesús vino al mundo a morir? ¿Estás con tu mirada puesta en lo que te ofrece el mundo por tu esfuerzo, o esperas la recompensa del cielo? Dios conoce tu corazón y sabe lo que hay en él, porque Dios no puede ser burlado.

Por eso es importante que entiendas que, aunque no estamos llamados a vivir en miseria, tampoco lo estamos para amontonar riquezas de manera egoísta, pensando solo en nuestro bienestar; somos simplemente vasos en los que Dios tienen la intención de depositar su gloria para obrar por medio nuestro en el mundo.

Él pudo haber enviado ángeles para hacer el trabajo, pero quiso enviarnos a nosotros, su creación perfecta, para hacerlo, y solo espera que lo hagamos con excelencia, como dignos representantes de su reino, así que, todo lo que hagas, sea de palabras u obras, hazlo como para el Señor.