Las ColinasMuestra

¿Cuál ha sido el peor resfriado que has tenido? Puede que empezara con algo leve, como un pequeño dolor de cabeza, un dolor de garganta que aparecía y desaparecía, un poco de fiebre o simplemente la sensación de estar decaído y agotado. A lo mejor incluso has intentado ignorarlo. Pero, al final, te ha caído encima como una tonelada de ladrillos. Pues bien, las palabras de Jesús nos recuerdan que nuestro yo espiritual puede experimentar una lucha similar. Cuando miramos a través de la lente de su luz, nuestros cuerpos se llenan de ella. Entonces, funcionamos de forma óptima. Pero cuando dejamos que la oscuridad nuble nuestra visión, a la larga, afecta a nuestra vida diaria. Nos cuesta pensar con claridad, tomar decisiones sabias y ver las cosas como son. Por eso es tan importante aferrarse a la luz. Gracias a Jesús, es lo que nos mantiene saludables e íntegros por dentro, en el núcleo de lo que somos.

¿Dónde percibes ritmos y prácticas de luz o de ayuda en tu vida? ¿Puedes identificar algo que no sea útil? Esta semana, ora para que dejes que la luz de Jesús inunde todo tu ser.