Las ColinasMuestra

¿Alguna vez probaste algo nuevo que te dejó totalmente asustado? ¿Algo que te ha sacado de tu zona de confort? ¿Algo que pensabas que no sabrías hacer bien? ¿Algo que te haya asustado de verdad? Si es así, probablemente sepas lo bien que se siente cuando no lo haces solo. Cuando tienes el apoyo de un amigo junto a ti, las cosas que parecen aterradoras de alguna manera dejan de serlo. Lo sabemos no solo porque lo hemos experimentado con amigos, sino porque es lo que también Dios hace por nosotros. Cuando atravesamos nuestros momentos más aterradores y oscuros de la vida, vamos con la luz de Dios para que nos recuerde que no estamos solos. Y, lo que es más, como cristianos, podemos ofrecerles ese regalo a aquellos que lo necesitan a nuestro alrededor.

Podemos entrar en los espacios y lugares que necesitan desesperadamente la luz de Jesús. Podemos ayudar a iluminar lo que a otra persona le da miedo, temor o soledad. ¿Cómo? Compartiendo la luz de Jesús en nosotros.