Las ColinasMuestra

Despertarse puede desorientar al principio. Aunque seas la típica persona madrugadora, probablemente tardarás uno o dos minutos pasar de estar completamente dormido a estar completamente despierto. Al abrir los ojos cuando suena el despertador y ver la luz que entra en la habitación a oscuras, tienes que tomarte un minuto para adaptarte. Entonces, al cabo de uno o dos instantes, tus ojos se acostumbran a la luz de la mañana, tu cuerpo empieza a moverse y estás preparado para empezar un nuevo día. Del mismo modo, cuando elegimos seguir a Jesús, empezamos a ver las cosas bajo una nueva luz. Claro que lleva tiempo adaptarse a esta nueva forma de ver, de vivir y de ser. Pero con el tiempo, la luz lo ilumina todo de una manera nueva. Nuestras elecciones, pensamientos, relaciones, palabras, acciones y mucho más, todo cambia cuando dejamos que la luz de Cristo brille sobre nosotros. Todo cambia cuando nuestra fe se despierta por completo con Jesús.

Esta semana, habla con un buen amigo, un adulto de confianza o el líder de tu grupo pequeño sobre cómo has visto que la luz de Cristo ha despertado algo nuevo en ti.