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¿Qué hacer cuando ya no sé qué hacer?Muestra

¿Qué hacer cuando ya no sé qué hacer?

DÍA 1 DE 3

Primero Dios.

Cuando te digo “idolatría” ¿que viene a tu mente? Seguramente recuerdes las estatuas, los sacrificios y los dioses que construían los pueblos en la antigüedad, ¿no? ¿Qué pasa si te digo que muchas veces tú y yo somos idólatras? La RAE define a la idolatría de la siguiente manera “Amor excesivo y vehemente a alguien o algo”, y la Biblia define como ídolo a cualquier persona o cosa que ocupe el primer lugar en nuestra vida. Por lo tanto, en el momento en que permitimos que algo que no sea Dios ocupe ese lugar de autoridad somos idólatras.

¿Aún te parece muy alejado de tu realidad? Si te fijas bien, la definición de la RAE incluye la palabra "alguien" y no solo "algo". Personalmente, al hacer memoria se me vienen varios recuerdos a la cabeza en los que sin mucho análisis antepuse juicios humanos a los juicios de Dios, disfrazando mi actitud de racionalidad o sabiduría. Te invito a que pienses si alguna vez cediste o priorizaste el consejo de algún ser humano, ya sea un familiar, un amigo, un líder o incluso tu propia opinión al consejo de Dios, o si alguna vez antepusiste una tradición , creencia o superstición a sus ordenanzas. Personalmente sé que muchas veces lo hice, aun sin darme cuenta del todo. Cualquier ser humano, convicción, pecado, deseo o tradición que tome el lugar de principal consejero o autoridad en nuestra vida: es un ídolo.

Como seres humanos tenemos la costumbre de convertir a autoridades terrenales en ídolos o incluso hasta en intermediarios de nuestra relación con Dios. Creemos que el consejo de un referente que tiene una relación real y sincera con Dios nos garantiza una opinión conforme a Su corazón y voluntad, pero no necesariamente es así. Como cualquier ser humano, aún teniendo una relación sincera y profunda con Dios: nos podemos equivocar. Aveces pueden ganarnos nuestros malos deseos y egoísmo intrínseco, y esto no es diferente cuando se trata de tus referentes. Por eso, Dios, entregando a su Hijo Jesús, eliminó los intermediarios. Ya no tenemos que acudir a profetas, sacerdotes o referentes que interpreten por nosotros las ordenanzas de Dios. Él se hace hombre y está esperando que lo busques de manera personal e íntima, Él espera que valores su consejo y su voluntad más que todas las cosas, que lo honres aunque eso implique desechar la voluntad de otro ser humano, o incluso la propia. Por favor, no me malinterpretes: Dios nos llama a honrar y obedecer a las autoridades que Él colocó, siempre y cuando obedezcamos en el Señor. Sin dudas los buenos consejos son necesarios para poder tomar decisiones sabias, pero no convirtamos a los consejos humanos en nuestra guía para la vida. En Jeremías 17 el mismo Dios dice “Maldito el hombre que confía en los hombres, que se apoya en fuerzas humanas”, y luego dice “Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en Él.

¡Cuántas cosas podemos estar perdiendo al optar por escuchar voces humanas por sobre la voz de Dios!

En la vida hay circunstancias que requieren decisión y Dios desea profundamente que en nuestra libertad, y a veces, con todo en nuestra contra, decidamos honrarlo a Él por sobre todas las cosas. Puede que Dios te esté desafiando a honrarlo por sobre todas las personas, sin importar las consecuencias terrenales que esta decisión pueda tener. Dios realmente está esperando que lo obedezcamos y confiemos de corazón y promete que si lo ponemos como máxima autoridad en nuestra vida y confiamos plenamente, todas las demás cosas serán añadidas.

Te invito a que el día de hoy puedas cuestionarte y pedirle a Dios que escudriñe tu corazón y te ayude a ver, discernir y quitar todo ídolo de tu vida. Que te dé la sabiduría para poder diferenciar los consejos de nuestros referentes terrenales de los consejos de nuestro referente celestial. Nada que dañe a los demás es la voluntad de Dios. El salmista David dice en el Salmo 25: "El Señor es bueno y justo. Por eso les enseña a los pecadores el camino correcto. Él guía a los humildes por el buen camino; les enseña a vivir a su manera. El Señor muestra siempre su fiel amor y lealtad a quienes siguen su pacto y sus testimonios" (PDT).

Día 2