Las Bienaventuranzas: La Marca Del Ciudadano Del ReinoMuestra

Día 1: Pobres, pero ricos

"Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos" (Mateo 5:3).

La palabra "pobre" se repite 35 veces en el Nuevo Testamento, y podríamos traducirla al español como "limosnero" o "mendigo". ¿Ves la paradoja en esta oración? ¿Los limosneros son doblemente felices? Lo que está diciendo el Señor Jesús es que hay riqueza en la pobreza. Pero, no está hablando de una riqueza material, sino de una riqueza espiritual; únicamente el limosnero espiritual es verdaderamente rico, afortunado, feliz.

¿Qué quiere decir aquí el Señor Jesús?

Que así como el hombre o la mujer que mendiga por lo que las personas le quieran dar, así debe ser nuestra condición espiritual. Nos acercamos a Dios con nada. No tenemos recursos para ganar Su favor. No tenemos manera de alcanzar Su santidad o perfección, estirando nuestras manos y pidiendo misericordia, y Dios nos salva.

Esa es la clase de pobreza de la que está hablando Cristo.

Te das cuenta de tu condición y clamas a Dios por misericordia. Clamas a Dios por ayuda, por perdón, por limpieza de corazón.

Hay muchos que dicen ser pobres en espíritu, pero no lo son. Somos arrogantes, orgullosos, nos creemos mejores que los demás. Criticamos, juzgamos y nos "desespera" el pecado de otras personas.

¿Cómo se ve la pobreza espiritual en el día a día?

El ciudadano pobre en espíritu constantemente confiesa sus pecados y pide misericordia a Dios. Nada más nos puede hacer felices, porque no fuimos creados para nada más.

Conclusión

La pobreza espiritual abre las puertas del Reino de Dios. Esto es lo que llamamos salvación: el momento en la vida de cada persona que clama por perdón de pecados y pide misericordia a Dios. ¿Has hecho eso? ¿Ha habido un momento en tu vida en el que te has puesto de rodillas a Dios, y pedido por piedad y perdón?
Si no es así, hazlo hoy. No demores.

Y para los que ya lo han hecho, y dicen “Yo sé que soy salvo”, ¡qué bueno! Pero, la pregunta persiste: ¿estás siendo pobre en espíritu? Porque esto no es algo que hagas un día y lo dejes de hacer. Sé pobre en espíritu, y serás doblemente feliz.