Las Bienaventuranzas: La Marca Del Ciudadano Del ReinoMuestra

Día 3: La herencia del Rey

"Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra" (Mateo 5:5).

Cuando Jesús nos dice que los humildes pueden ser "doblemente felices", está hablando de una felicidad integral, total y completa que toca cada esfera del ser humano. La palabra "humildad" se refiere a sumisión, gentileza, suavidad, afabilidad, calma y renuncia a uno mismo.

Hemos perdido esa cualidad por nuestra caída en el pecado. Cuando Dios dice que Sus ciudadanos se caracterizan por la humildad, nos está devolviendo a ese diseño original, transformándonos en "seres humanos" otra vez.

La pobreza espiritual y el llanto provocan la humildad del versículo 5. Es imposible ser humilde, si no eres pobre en espíritu. Es imposible ser humilde, si no estás llorando por tu pecado.

¿Cómo es una persona NO humilde?

Arrogante, soberbia, impaciente con los demás, juzga a otros, habla mal de ellos y siempre está a la defensiva. Constantemente, estás recordando a las personas lo que te han hecho, victimizándote, lastimando a otros cuando caen o cometen errores. Una persona no humilde no acepta la crítica constructiva. Se justifica en sus acciones, se convence de que todos están equivocados, se cree más sabia que todos y arremete contra los que se le oponen. Y, por supuesto, tampoco llora por su pecado. Se va a dormir enojado con su cónyuge pensando que tenía la razón. Se va a trabajar sin pensar en reconciliarse con sus padres.

Contrario a esto, la persona humilde practica el dominio propio. No importa si te insultan, te agravian o te difaman, no defiendes tu causa con enojo, ira o orgullo. Si es necesario, explicas a quien tengas que explicar, aclaras las cosas con paz y amor incondicional. El hombre humilde recibe la reprensión de su esposa. La mujer humilde acepta el consejo de su suegra. El hijo humilde escucha a sus padres y atiende a sus correcciones. Pero no te defiendes peleando, imponiendo o atacando. Y ten mucho cuidado con esto: la humildad no se fabrica humanamente.

La humildad del versículo 5 solo viene cuando también tienes la pobreza y el llanto de los versículos 3 y 4. El humilde es aquella persona que entiende que Dios lo defiende, y que su labor no es defenderse a sí mismo.

La herencia de los ciudadanos

El Creador del mar, la tierra, el universo y las galaxias está prometiendo algo que solo el verdadero Rey puede prometer: ¡los humildes heredarán la tierra! La tierra será "nuestra", no en el sentido de que llevará tu nombre, porque todo es de Dios, para Dios y gracias a Dios. Pero, será nuestra en el sentido de que la reinaremos, la disfrutaremos, la poblaremos y la llenaremos de la gloria del Rey, ¡tal como fue planeado desde el principio!

Conclusión

Seamos humildes en nuestro andar, que la humildad de Cristo nos caracterice. Evalúa tu vida para ver si realmente estás en la fe.