Míralo conmigo

Buscando la perspectiva de Jesús

"Ahora bien, también por esta misma razón, aplicando toda diligencia, en vuestra fe supláis excelencia moral, y en vuestra excelencia moral, conocimiento, y en vuestro conocimiento, dominio propio, y en vuestro dominio propio, perseverancia, y en vuestra perseverancia, piedad" (2 Pedro 1:5-6).

Al principio de mi vida, conocí las palabras "Causa y Efecto". La causa y el efecto es la relación entre dos cosas cuando una cosa hace que suceda otra. La "causa y el efecto" se pueden ver en el reino físico; La cabeza de un palo de golf, al entrar en contacto correctamente con una pelota de golf (causa), producirá un buen tiro (efecto). La "causa y efecto" se puede ver en cuestiones de salud, como una mala alimentación y la falta de ejercicio (causa) que produce un aumento de peso excesivo (efecto) o viceversa. Podemos ver causa y efecto en cuestiones de moralidad, como el adulterio (causa) que produce angustia y las rupturas matrimoniales (efecto). Lo podemos ver en asuntos legales como quebrantar la ley (causa) produciendo una pena o castigo (efecto). También vemos "causa y efecto" en el ámbito espiritual, porque la desobediencia a los preceptos y mandamientos de Dios producirá un efecto llamado consecuencias. Mi educación temprana sobre "causa y efecto" comenzó cuando aprendí que la desobediencia a mi mamá crearía el efecto de arrepentimiento y el dolor de un cambio. Aprendí bien esa lección. En todos los efectos anteriores que he enumerado, hay una cosa en común con todos ellos. Nuestra elección es una parte esencial del efecto, ya sea en la parte delantera o en el resultado final, y a veces en ambos.

Ahora bien, es probable que algunos de ustedes digan: "No tuve que tomar ninguna mala decisión, ya que mi prueba y mi problema vinieron sobre mí sin que yo hiciera", y tendrán razón al decirlo. Hay muchas veces que esas enfermedades o tragedias o muchas otras pruebas se nos presentan, y no son el resultado de algo malo que hayamos hecho. Los amigos de Job no creyeron esto, ya que lo interrogaron una y otra vez con su perspectiva de que debía haber hecho algo malo y que estaba siendo castigado por Dios. Desafortunadamente, algunos cristianos todavía piensan esto. ¿A veces te encuentras pensando de esa manera también? Tengo noticias para ti. No es tan sencillo, porque a la gente buena también le pasan cosas malas. Sin embargo, la pregunta para todos los que están sintiendo dolor, merecido o no, en su vida es esta: "¿Elegirás permitir que una bendición emerja de las cenizas de tus pruebas ardientes, o elegirás permitir que te destruya?" Todavía hay una "causa y efecto" que considerar cuando se nos presenta una prueba. Lo que importa no es de dónde viene el juicio, sino a dónde nos llevará. Aquí es donde entra en juego nuestra elección.

En el pasaje anterior, vemos una "causa y efecto", ya que tomamos una serie de decisiones que nos llevarán a la razón de Dios para la disciplina y la poda por la que pasará cualquier cristiano en crecimiento. Esta serie de decisiones nos hará avanzar hacia la meta de Dios para nuestra vida. Sin embargo, si elegimos estancarnos en nuestro viaje, creará en nosotros un conflicto interno que nos mantendrá en una condición insatisfecha. Entonces, ¿cuáles son las opciones? Míralos:

• "Poniendo toda diligencia en tu fe". La fe no es una sugerencia de Dios hecha una vez hecha. Él quiere que crezcamos en nuestra fe. Él quiere que maduremos en nuestra fe, y Él nos dice cómo hacerlo, pero es nuestra elección dar estos próximos pasos. Los pasos se indican en los siguientes versículos.
• "En tu fe suple la excelencia moral". Hay tres raíces de tentación en la vida de la humanidad; la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la vanagloria jactanciosa de la vida. La lujuria de la carne es obvia. Sin embargo, también hay un deseo por las cosas materiales que nos atraen. Por último, el orgullo es muy ofensivo para Dios. Dios está diciendo que para crecer en nuestra fe; También debemos crecer en nuestra posición contra estas tentaciones. ¿Pero cómo? A continuación se indica:
• "En tu excelencia moral, el conocimiento". ¿Cómo sabemos lo que ofende a Dios si ignoramos Su palabra? ¿Cómo aprendemos a resistir las poderosas tentaciones que se nos presentan si ignoramos las instrucciones de Dios que se encuentran en su Palabra para resistirlas? Para crecer en nuestra fe y convertirnos en los hombres que Dios quiere hacer de nosotros, nuestro compromiso de "autoalimentarnos" de la palabra de Dios es esencial. Sin embargo, el conocimiento por sí solo no nos hará madurar. El conocimiento por sí solo nos envanecerá y nos llevará a esa cosa de "orgullo de la vida" en la que caemos tan fácilmente. ¿Qué nos dice la palabra de Dios que es necesario para evitar esto? Mirar:
• "En tu conocimiento, dominio propio". Para mí, no hay nada más ofensivo que un cristiano arrogante. A veces me pregunto si podemos entender la vida de Cristo y llamarlo nuestro Señor y, sin embargo, vivir una vida tan contraria al estar orgullosos de nosotros mismos y de lo que creemos que hemos logrado. En lo alto de mi lista de otros personajes ofensivos están aquellos que tienen un gran conocimiento de la palabra de Dios, pero la usan como un hacha de batalla para infligir juicio espiritual a los "cristianos menores" y comunicar que nuestro Rey está iracundo y enojado. Si Dios todavía se enoja, creo que en lo alto de Su lista está un cristiano arrogante y orgulloso que lo representa como tal. Es por eso que en nuestra búsqueda del conocimiento es necesaria una búsqueda igualitaria de la humildad. ¿Qué sigue?

Los pasos anteriores son un proceso de "causa y efecto" que nos bendecirá y nos guiará hacia la meta de Dios para nosotros si elegimos seguirla. No son la meta, pero son esenciales en nuestro camino hacia Su meta. El siguiente paso no es nuestra elección, pero todavía hay una "causa y efecto" que proviene de ello. Cuando estamos en ella, nos ayuda a entender que es la elección de Dios para nosotros. Es esencial para nuestro crecimiento espiritual llegar a ser el hombre que Dios quiere hacer de nosotros. Se llama perseverancia.

• "En tu perseverancia". La abuela de mi esposa creció en Nueva Orleans. Cuando se mudó a Mississippi para casarse con el abuelo de mi esposa, trajo consigo una maravillosa cocina criolla. Lo mejor de todo fue el gumbo de mariscos. La receta se la han transmitido a mi esposa y me encanta. Es una extraña mezcla de camarones, carne de cangrejo, salchichas, quimbombó, arroz y un montón de otros buenos ingredientes. Cada una de estas cosas buenas, cuando se comen solas, son buenas. Sin embargo, cuando todos estos ingredientes se cocinan juntos a fuego lento durante mucho tiempo, pierden su identidad individual y se mezclan en un solo ingrediente, que es el objetivo del cocinero. Se convierte en gumbo. Similar es la forma en que la perseverancia funciona en la vida de un cristiano. Los ingredientes individuales de la fe, la excelencia moral, el conocimiento de la palabra de Dios y el dominio propio son cosas buenas por sí mismas, y son cosas que debemos perseguir. Sin embargo, cuando el fuego lento y agonizante de las pruebas perseverantes produce perseverancia en nosotros, todos esos buenos ingredientes se mezclan en el objetivo de nuestro Master Chef. Luego apaga la calefacción en nuestra vida a medida que la prueba llega a su fin, porque Su plato está listo para ser servido al mundo que nos rodea. Es su objetivo para todos sus hombres. Es la razón de la disciplina, la poda y las pruebas por las que pasamos. Se llama: "piedad"