¡Obedece O...!Muestra

“Y, como el rey no escuchó al pueblo, las cosas tomaron este rumbo por voluntad del Señor” (1 Reyes 12:15).

“Pues bien, respóndales de este modo: ‘Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre. Si él les impuso un yugo pesado, ¡yo les aumentaré la carga! Y, si él los castigaba a ustedes con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!" (Vrs. 9-11).

Tenía criterio para tomar la decisión que tomó, pero era un criterio basado en el orgullo, ese que dice: ¡Ah, yo me entiendo mejor con los de mi generación, ellos sí saben!

Roboán como rey estaba mostrando un comportamiento arrogante, prepotente, engreído e, ¡inexperto! Qué mala combinación. Tomas una decisión equivocada, no por falta de edad, sino por falta de experiencia, por falta de prudencia. Actúas con orgullo y prepotencia (1 Reyes 12:9-11).

¿Cuánto le costó llegar al poder a David? Recordemos que tuvo que enfrentarse a Saúl y esperar. ¿Cuánto tiempo duró el Señor preparando a David para que llegara a ser rey? Una cantidad importante de años. Y le tocó liderar a personas difíciles en una cueva, enfrentarse a sus temores y miedos, desprenderse de su mejor amigo y de su familia, de los mejores años de su vida. Después, el Señor le dio a Salomón como hijo, y ahora Roboán, después de haber llegado a un reino donde ya estaba todo hecho, empieza tomando malas decisiones. La pregunta para nosotros es: ¿Cómo estamos tomando las decisiones más vitales o apremiantes en nuestro momento? ¿Con ligereza, arrogancia, orgullo, imprudencia, o con sabiduría y sensatez?

El único modelo que tenemos para vencer la insensatez es el Señor Jesús. El mismo Jesús nos lo recuerda de la siguiente manera: “El más importante entre ustedes será siervo de los demás. Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23:11-12).

Debemos tener humildad, humildad para pedir consejo, humildad para recibir el consejo adecuado. Seguramente hemos enfrentado muchas batallas. Pero, puede llegar a alguna en la cual tú necesitas pedir ayuda o dar consejo. Proverbios 15:22 asegura: “Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan”.

Todas las decisiones que tú tomes tienen una consecuencia. Entonces debemos procurar tomar las mejores decisiones. Porque la vida tiene esa lógica sencilla y simple: si tú no tomas buenas decisiones, alguien más las tomará en tu lugar.

¡Medita en esto!