¡Obedece O...!Muestra

Lo cierto es que sí o sí vamos a asumir las consecuencias. Recordemos a Roboán: él no vio la posición del pueblo, un pueblo acostumbrado a mantener la prosperidad y la riqueza. Un pueblo que se había vuelto fuerte, que sabía de dónde venía, pero que no quería volver atrás. Y, seguramente, era un pueblo con una característica de ser arrogante.

Un pueblo que posiblemente estaba dispuesto a la rebelión con tal de no perder lo que había conseguido hasta ahora, y que tenía a un rebelde esperando que le dieran un espacio para subirse al poder. Un rebelde que había conocido a Salomón, que había estado con Salomón, que había gobernado con Salomón, y que había decidido apartarse de ese camino porque tenía una promesa de Dios. En otras palabras, este hombre Jeroboán era el instrumento que Dios iba a levantar para castigar la arrogancia de Israel y de su rey, Roboán.

Durante 42 años, el reino estuvo unido gracias al liderazgo de David y, por supuesto, de Salomón, pero en este momento de crisis nacional, ¿cómo responde el pueblo? El rey ha sido arrogante, pedante, prepotente, orgulloso, necio. Había escogido el consejo de los jóvenes. Cuando se dieron cuenta de que el rey no iba a luchar por preservar la unidad y el buen legado de sus ancestros, decidieron no hacerle caso, y todos los israelitas exclamaron a una voz:

“¡Todos a sus casas! Y tú, David, ocúpate de los tuyos”. Así que los israelitas se fueron a sus casas, y Roboán solo gobernó a aquellos que se quedaron en Judá, mientras que el resto de las tribus (las 10 tribus restantes) fueron gobernadas por Jeroboán (Vrs. 14-22).

Una situación como esta se puede presentar en nuestra familia, en estos tiempos donde el concepto de familia pierde la esencia real y la verdad está tan tergiversada ¿Qué es lo verdaderamente importante en tu familia? ¿Cuánto vale la unidad de tu familia? ¿Cuánto vale que tú tengas a tu esposa y a tus hijos? ¿Que haya armonía? Claro, habrá problemas, como en todas partes, es algo natural; es más, lo necesitamos, porque si no, ¿qué pasa? Nos empezamos a divertir demasiado y nos perdemos.

¿Cuánto vale esa unidad? El pueblo no se percató de que esta respuesta del rey venía de su falta de madurez, de su falta de criterio, y de los consejeros para quienes el reino no era importante. No obstante, la nación se rebeló contra la casa de David. Todo esto por falta de humildad, unidad, experiencia y sabiduría.

Jesús asegura que el Señor dijo: “Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá” (Mateo 12:25). Una de las grandes lecciones de la vida consiste en aprender a vivir en armonía con los demás, especialmente con nuestras familias. Porque donde no hay armonía, el resultado es miseria y tragedia (2 Crónicas 13:5).

Finalmente, Roboán pasó a formar parte de la historia del linaje de David y, por supuesto, de nuestro Señor Jesucristo. A pesar de los enfrentamientos políticos y las revueltas populares, podemos ver que su historia nos deja una valiosa enseñanza. Debemos reconocer que hemos sido llamados por Dios no solo para amarlo y adorarlo, sino también para obedecerlo y honrarlo a través de todas las decisiones que tomemos en los lugares donde Él, por gracia, nos ponga a cada uno de nosotros.

Este propósito se fundamenta en un principio que debe gobernarlo todo en nuestra vida: el temor a Dios, basado en el amor y la obediencia.

Por Leonardo Urrea y Equipo TopCristianos

En TopCristianos, esperamos que estas reflexiones hayan sido de bendición para tu vida. Queremos que sepas que alrededor del mundo hay un grupo de personas orando por ti y por tu crecimiento espiritual, porque creemos que, ¡eres una bendición!

Si deseas obtener más recursos sin costo que te ayudarán a tu crecimiento personal, búscanos Aquí:Pagina TopCristianos