Caminar en LuzMuestra

Vivir en santidad.

Hemos llegado al tercer día, estoy seguro de que estás empezando a vivir en un mayor entendimiento de lo que es caminar en La luz de Dios, vivir en santidad y pureza. Hoy consideramos cómo podemos mantener una vida santa a medida que caminamos en la luz de Dios.

Por supuesto, vivir en la luz de Dios implica permanecer junto al Señor en el camino, así que quiero ayudarte a identificar con claridad cuáles son los pasos que puedes tomar para vivir en mayor santidad. Para ello leamos juntos el hermoso versículo 1 Pedro 1:16 para ver lo que Dios quiere decirnos este día.

"Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

Este versículo, nos recuerda el llamado divino a vivir una vida de santidad, reflejando el carácter de Dios en todo lo que hacemos. Es una invitación a apartarnos del pecado y a vivir de manera que honre a Dios, no sólo con nuestras palabras, sino con nuestras acciones y actitudes.

Hace algunos años entendí que la santidad es como una joya preciosa, única y brillante. Debe ser cuidadosamente preservada y protegida para mantener su belleza, nuestra vida en Cristo debe ser cuidada y nutrida para reflejar la pureza y la gloria de Dios. La santidad es un regalo y un llamado de Dios, y Él en su misericordia, nos capacita para vivir de manera que le agrade.

Ser santos, no se trata de perfección, sino de una vida dedicada a Dios, marcada por un deseo sincero de honrarlo en todo. Significa ser apartados para Dios, como vasos especiales en una gran casa que se usan solo para ocasiones importantes. Es una decisión diaria de elegir lo que es correcto y bueno, de evitar el mal y de buscar la voluntad de Dios en cada aspecto de nuestras vidas.

Dios mismo es el modelo de santidad. Al decir "sed santos, porque yo soy santo," Él nos está invitando a reflejar su naturaleza en nuestras vidas. Es como un padre que enseña a su hijo a seguir sus pasos, no con una expectativa imposible, sino con amor y paciencia, guiándolo en el camino. De la misma manera, Dios nos guía y nos capacita para vivir una vida santa, dándonos su Espíritu Santo como nuestro ayudador y guía.

Es un camino que, aunque desafiante, lleva a una vida plena y rica en bendiciones, tanto para nosotros como para aquellos que nos rodean.

Señor, ayúdame a vivir en la santidad que refleja tu carácter. Permíteme apartarme de todo lo que nos aleja de ti. En el nombre de Jesús, amén.

Desafío: Examina tu vida en busca de áreas en las que puedes crecer en santidad. Comprométete a tomar medidas concretas para vivir de manera más santa.