Bendiciones Espirituales en CristoMuestra
Herencia y sello del Espíritu Santo
En este devocional, Pablo continúa guiándonos a través de la rica teología de Efesios 1, arrojando luz sobre el concepto de predestinación, herencia y el sello del Espíritu Santo. Él afirma que, en Cristo, fuimos "predestinados" para ser herederos, un término que conlleva un gran significado y nos revela el profundo plan de Dios para nuestra salvación.
La palabra "predestinó", usada por Pablo, proviene del término griego proorizo, que significa "determinar de antemano" o "decidir de antemano". En el contexto bíblico, esta palabra sugiere que Dios, en Su soberanía, planificó nuestro destino desde antes de la fundación del mundo. Esto no significa que Dios anule nuestra libertad de elección, sino que Él, conociendo todas las cosas, determinó un propósito y un destino para aquellos que estarían en Cristo. Esta predestinación es un acto de amor y gracia de Dios, que escogió a Sus hijos para una relación eterna con Él, no por nuestras obras, sino conforme a Su propósito y voluntad soberana.
Pablo continúa hablando de nuestra "herencia" en Cristo. La palabra griega usada aquí es kleronomia, que se refiere a lo que se recibe como un derecho de familia o como una posesión garantizada. En el Antiguo Testamento, la herencia a menudo se refería a la tierra prometida, la posesión física y tangible que Dios dio a Su pueblo, Israel. En el Nuevo Testamento, sin embargo, el concepto de herencia se expande para incluir las promesas espirituales y eternas que Dios hace a los creyentes. En Cristo, nuestra herencia es mucho más que una tierra o un bien físico; es una participación en el reino de Dios, una herencia que es incorruptible, inmaculada y que no se desvanece. Esta herencia es la vida eterna, la presencia constante de Dios y todas las bendiciones espirituales en los lugares celestiales.
Además de ser predestinados y herederos, Pablo nos habla del "sello" del Espíritu Santo. La palabra griega para "sello" es sphragis, que denota una marca de propiedad o autenticidad. En el mundo antiguo, un sello era una marca oficial colocada en una carta, documento o propiedad para indicar quién era el dueño o quién había autenticado ese ítem. De manera similar, el Espíritu Santo es el sello de Dios sobre nuestras vidas, indicando que pertenecemos a Él. Este sello del Espíritu es la garantía de nuestra herencia; es una marca de que somos genuinamente hijos de Dios y de que estamos seguros en Sus manos.
Este sello también sirve como una "prenda" o garantía de nuestra herencia futura. El término griego para "prenda" es arrabon, que se usaba en el comercio para referirse a un pago inicial que garantizaba el pago total posterior. El Espíritu Santo es ese arrabon — la garantía de Dios de que Él completará la obra que comenzó en nosotros. Él es la promesa de que nuestra redención será completamente realizada y que, un día, poseeremos plenamente nuestra herencia celestial.
Comprender que fuimos predestinados, que tenemos una herencia garantizada y que fuimos sellados con el Espíritu Santo nos da una profunda seguridad y esperanza. Sabemos que nuestra vida está en las manos de Dios y que Él es fiel para cumplir Sus promesas. Nuestra respuesta a estas verdades debe ser una vida de alabanza y gratitud, viviendo de acuerdo con el llamado de Dios y confiando plenamente en Su plan soberano para nosotros.
Escrituras
Acerca de este Plan
¡Descube la profundidad de las bendiciones espirituales en Efesios 1:3-14! Este devocional diario explora cómo hemos sido elegidos, redimidos y sellados por Dios—Padre, Hijo y Espíritu Santo. Comprende el plan soberano de Dios para nuestra salvación y encuentra consuelo en la seguridad de Su promesa. Únete a nosotros y reflexiona sobre el inmenso amor y gracia de Dios en tu vida.
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Nos gustaría agradecer a Medita na Palavra por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://medita-en-la-palabra.blogspot.com/2024/09/bendiciones-espirituales-en-cristo.html