¡Victoriosos!Muestra
¡Victoriosos!
Cuando Dios le dio a Josué la encomienda de llevar a Su pueblo a la tierra prometida sabía muy bien que le estaba encomendando la tarea a un hombre sujeto a debilidades. No obstante, eso no hizo que Dios lo descartara, muy por el contrario, conocía muy bien que ese hombre frágil lideraría la conquista de la tierra al frente de Su pueblo.
Como Dios sabía lo impotente que se sentía Josué ante tan enorme misión, le habló unas palabras que todos nosotros hacemos nuestras cuando las leemos. “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9).
¿Qué es lo que jamás Josué debía perder de vista? La continua presencia de Dios con él en todo lugar que fuese. Así que no se trataba de lo que Josué podría o no lograr por sí mismo, sino de lo que Dios haría a su favor y a favor de su pueblo. Se trataba de una conquista que se había puesto bajo su liderazgo, pero cuya victoria la garantizaba el poder y la presencia de Dios.
Sucede lo mismo con todos los que somos hijos de Dios. Se trata de una victoria que ya fue alcanzada para nosotros en la cruz. Es por ello que la Palabra de Dios nos dice: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó,” (Rom. 8:37) “mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús" (2 Cor. 2:14)
Cuando tenemos certeza de la presencia de Dios en nuestras vidas, de Su poder y Su amor actuando a nuestro favor, podemos sentirnos valientes a pesar de nuestra debilidad humana. Cuando leemos historias bíblicas de hombres y mujeres que fueron capaces de alcanzar grandes victorias siempre encontraremos que no actuaron solos. Era Dios quien obraba, era Él quien conquistaba, Él quien vencía.
Cuando Dios llamó a Jeremías para que fuese su profeta, le habló palabras que lo sostendrían en todas sus luchas y en todos los malos momentos que tuvo que enfrentar. “Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte" (Jer. 1:19).
Esa, ciertamente, debe ser nuestra convicción. Somos más que vencedores porque Dios está con nosotros, Él pelea nuestras batallas, Él va al frente por nosotros. Creámosle a nuestro Dios, confiemos en que no importa cuáles sean las circunstancias que se alcen ante nosotros, no las enfrentaremos solos.
El que creó el universo, el que hace como quiere, el que da fuerzas al que no tiene ningunas, el que aplastará en breve a Satanás bajo la planta de nuestros pies es nuestro amado Padre celestial. Él tiene su mirada sobre nosotros, Él nos rodea y nos defiende, Él toma nuestra debilidad y la perfecciona con su poder.
No olvidemos, amados, “Somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó". Que esta verdad nos rodee, nos cubra, nos aliente. Lo que Cristo alcanzó para nosotros en la cruz es nuestro. Apoderémonos de Sus palabras, de Sus promesas, creámosle a Dios.
Acerca de este Plan
Victoria es una palabra que habla de éxito, de triunfo, de premio, de conquista. Para el que ama al Señor el significado de todos estos conceptos está muy distanciado de la manera como el mundo los define. En este plan, será la Palabra de Dios quien nos lleve a descubrir y a comprender la verdad de que en Cristo Jesús somos ¡victoriosos!
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/GrettchenStage