Honestidad

Ayer vimos que Satanás se dedica a cuestionar nuestros motivos. En el caso de Job, sus motivos eran puros, así que cuando fue probado por el fuego, salió refinado. Al leer esta historia es fácil dejarse llevar por la idea de que Satanás nos pone a prueba. Pero también debemos recordar que si cuando somos probados se descubre que nuestros motivos son impuros, el resultado de nuestras pruebas será diferente al de Job. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos y preguntarnos constantemente: «¿Cuál es el motivo de lo que estoy haciendo? ¿Es egoísmo? ¿Espero agradar a los demás? ¿Quiero que la gente se fije en mí? Uno de mis temas de oración favoritos se encuentra en los Salmos 51 y 139.

Salmo 51:10 - Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio. Renueva en mí un espíritu leal (NLT).

Salmo 139: 23-24 - Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos ansiosos. Señálame todo lo que te ofende y guíame por el camino de la vida eterna (LBLA).

Si realmente permitimos que el Señor escudriñe nuestros corazones y revele nuestros verdaderos motivos cuando Satanás llame a la puerta, descubriremos que no tiene lugar en nosotros y sus pruebas no servirán de nada.

Efesios 4:27 - «Ni deis lugar al diablo (RV).

Preguntas para reflexionar: ¿Soy sincero conmigo mismo? ¿Le he pedido al Señor que escudriñe mi corazón? ¿Estoy dispuesto a trabajar con el Espíritu Santo para desarrollar un corazón limpio y puro?