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El rol y corazón del maestro bíblico

El rol del maestro bíblico es crucial. No solo transmite conocimiento, sino que guía espiritualmente a otros. Jesús, nuestro ejemplo supremo, enseñó no solo con palabras, sino con su vida. Como maestros, estamos llamados a reflejar esta coherencia, siendo ejemplos vivientes de la verdad que predicamos. Nuestra responsabilidad no se limita a lo que decimos, sino a cómo vivimos lo que enseñamos.
Ser un maestro bíblico implica ser consciente de la influencia que tenemos sobre quienes nos escuchan. Las personas observan no solo nuestras palabras, sino también nuestras acciones y decisiones. Es vital que nuestro mensaje sea claro y fiel a la Palabra de Dios, pero aún más importante es que nuestra vida sea un reflejo de esa verdad.

Jesús enseñó con autoridad porque vivía lo que predicaba. Como maestros, debemos seguir su ejemplo, buscando a Dios en oración y dedicando tiempo a prepararnos tanto espiritualmente como intelectualmente. No podemos enseñar lo que no vivimos, y no podemos vivir correctamente sin depender de la guía del Espíritu Santo.

Acción práctica: Ora antes de enseñar, pidiendo a Dios que guíe tu vida y tus palabras para que reflejen su verdad.