Dios Alivia Nuestro DolorMuestra
No eres víctima de lo que otros te hicieron. En Cristo hay libertad para el perdón, el gozo, la oración y la esperanza que restauran.
La Biblia nos enseña que, aunque el dolor es una realidad en la vida, no estamos destinados a ser víctimas permanentes de él, ¿cómo lo hacemos?
- Confianza en Dios: en momentos de dolor es crucial confiar en Dios y en su soberanía. Como se nos dice en Proverbios 3:5-6: «Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas». Al confiar en Dios encontramos fortaleza y esperanza, incluso en medio del dolor.
- Renovación de la mente: la Biblia nos anima a renovar nuestra mente y enfocarnos en lo que es verdadero y honorable. En Romanos 12:2 se nos insta a no conformarnos a los patrones de este mundo, sino a ser transformadas mediante la renovación de nuestra mente. Al centrarnos en la verdad de la Palabra de Dios podemos encontrar perspectiva y consuelo en medio del dolor.
- Comunidad cristiana: No estamos destinadas a enfrentar nuestro dolor solas. La comunidad cristiana juega un papel vital en nuestra sanidad y fortaleza. En Hebreos 10:24-25 se nos insta a animarnos mutuamente y a reunirnos regularmente para edificar y fortalecer nuestra fe. Al compartir nuestro dolor con otros creyentes encontramos apoyo y consuelo en nuestra jornada.
- Perdón y gratitud: estas cualidades son poderosas armas contra el dolor. La Biblia nos enseña a perdonar a aquellos que nos han hecho daño y a ser agradecidas en todas las circunstancias. En Efesios 4:32 se nos insta a perdonar como Dios nos perdonó en Cristo y en 1 Tesalonicenses 5:18 se nos dice que demos gracias en todas las circunstancias. Al practicarlas encontramos liberación y paz en medio del dolor.
En síntesis, la Biblia nos ofrece principios sabios y prácticos para evitar que seamos víctimas permanentes de nuestro dolor; porque Cristo nos ha hecho libres, podemos dejar atrás el dolor y ver hacia la meta que es Cristo.
- Aprende: ¿Por qué no eres víctima de tu dolor?
- Vive: Lee la vida de José o medita en las situaciones que pasó, ¿cómo respondió?
Lee Génesis 50:20, ¿qué te enseña? ¿Cómo puedes vivir con una perspectiva diferente? - Lidera: Lee la historia de José con una amiga, hazlo de manera que se aplique a su situación; cada vez que lo hagas, pregúntale: ¿Qué te enseña Dios de Él? ¿Cómo puedes aplicarlo por fe?
Oración
Dios bueno, gracias porque a pesar del dolor, no nos has dejado solas ni desprovistas. Ayúdanos a perseverar en medio del dolor y la angustia. Ayúdanos a examinar nuestro corazón para encontrar esas migajas de pecado por las que no hemos perdonado o pedido perdón o no hemos resuelto un problema. Ayúdanos a que nuestro dolor no sea más grande que nuestra fe en ti, y a recordar que ya nos has hecho libres. En Cristo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
El dolor nos apunta al alivio que nos da Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.reformadas.com