El Poder De Una Identidad Familiar UnidaMuestra

Nos alegramos por la variedad que cada miembro de la familia aporta a nuestra mesa familiar

Es el tercer día de este viaje "Identidad familiar", ¡y por fin nos sumergimos en el tema de la familia! ¿Por qué el retraso? Porque es fundamental comprender las identidades individuales dentro de tu familia; son estas identidades únicas las que conforman en su totalidad la identidad de tu familia. Aceptar la individualidad de cada persona es, en esencia, aceptar la identidad de toda la familia.

Aquí tenemos una gran pregunta que hacernos: ¿Qué lugar ocupa mi identidad dentro de la identidad de mi familia?

Esto es lo que sabemos La identidad individual de cada miembro de la familia influye directamente en la identidad de toda la familia. Tu diseño particular (los atributos que te definen) contribuyen a la composición general de tu familia.

Pablo ilustra maravillosamente este concepto como cuerpo colectivo de Cristo, pero trasladémonos a la dinámica familiar. En 1 Corintios 12, Pablo destaca la importancia de cada parte del cuerpo humano, resaltando sus funciones únicas que garantizan colectivamente el buen funcionamiento del cuerpo. El mismo principio se aplica al interior de tu familia.

Con el tiempo, tus rasgos de personalidad, intereses, valores y experiencias de vida únicos se integran de lleno en la identidad de tu familia. Las fortalezas, aficiones y dones que aportas intensifican la identidad común de tu familia: te necesitan, pero lo que es más importante, necesitan a tu verdadero yo.

Si, por miedo o falta de comprensión, pones en peligro lo que eres con el fin de "encajar", tu familia se pierde todo el potencial y los aportes con los que Dios te ha dotado específicamente y ha colocado dentro de tu identidad. Sin tu ser íntegro y auténtico, la identidad general de la familia disminuye. Es similar al ejemplo de Pablo en 1 Corintios 12:15-27 en el que menciona que una oreja no quiere formar parte del cuerpo porque no es un ojo: ¡esa es una perspectiva equivocada! Pablo sigue insistiendo en que, si todo el cuerpo fuera un ojo, ¿dónde estaría el sentido del oído?

Sin tu plena presencia en tu familia, ¿quién aportaría esa esencia única que eres? ¡Nadie! Solo hay un tú. Aceptar tu verdadero ser le da a tu familia el permiso para celebrar la variedad y la singularidad en tu hogar.

Por eso es crucial que las familias creen un espacio para que cada miembro viva su identidad personal. Hacerlo no sólo fortalece a la familia, sino que también garantiza que cada miembro se sienta valorado y aceptado. A medida que creces para alinearte con la identidad y el llamado que Dios te ha dado, impactas positivamente en tu familia, inspirándolos a que ellos también acepten sus identidades.

Por lo tanto, cultiva tu relación con Dios, reconoce que Él te creó con un propósito y comparte genuinamente tu yo único con las personas que más amas. Imagina todo lo que Dios puede hacer a través de toda una familia que vive con autenticidad lo que son, según el diseño que Dios tiene para ellos.

1. ¿Qué función crees que juega tu identidad única dentro de la identidad general de tu familia?
2. ¿Hay maneras en que minimizas o escondes aspectos de ti mismo para adaptarte a un molde específico en casa?
3. ¿Cuándo has visto que las aficiones o dones de un miembro de la familia enriquecen o mejoran a toda la familia? ¿Qué has aprendido de eso?
4. ¿Qué pasos puedes dar para dar espacio a cada miembro de la familia para que viva su identidad personal?