Oración y Ayuno - El primer paso para resolver problemas malvados

Si eres como yo, constantemente te llegan problemas o noticias del mundo que parecen irresolubles. Ya sean los efectos de los cambios en los sistemas meteorológicos que dejan a miles de personas sin agua o alimentos durante meses, historias de trata de seres humanos, explotación sexual, guerras, necesidades médicas, pobreza, falta de vivienda, falta de agua potable o el número de personas que no han escuchado el Evangelio; todos estos problemas parecen abrumadores, insuperables y angustiosos.

Muchos de nosotros, como Nehemías, nos enteramos de las historias de las personas que atraviesan estos problemas a través de terceros, como medios de comunicación, plataformas de redes sociales, amigos, colegas u organizaciones benéficas. Cuando oímos hablar de estas historias, algo se agita en nuestro espíritu. Percibimos la injusticia y sentimos compasión por las personas que viven circunstancias tan terribles.

Sin embargo, a diferencia de Nehemías, la mayoría de nosotros nos quedamos ahí. Nos compadecemos pero no hacemos nada al respecto, o iniciamos un plan para cambiar el mundo pero dejamos a Dios al margen. En el pasaje de hoy, aprendemos algo pequeño que todos sabemos pero que probablemente no hacemos con la suficiente frecuencia o con tanta intencionalidad como lo hizo Nehemías. Después de que Nehemías escuchó las noticias de Jerusalén, se sentó, lloró y luego oró y ayunó durante días. Esta debería ser nuestra respuesta a las malas noticias que oímos en nuestro mundo ANTES de intentar solucionarlas.

Preguntas para la reflexión: ¿Cuándo fue la última vez que oré y ayuné sobre los problemas perversos del mundo? ¿Cuándo fue la última vez que oré y ayuné sobre una noticia?